capítulo 19

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Con aire ausente muevo de un lado a otro la comida con el tenedor, no dejo de pensar en la conversación que tuve ayer con Lucas, le pregunté cómo se había enterado que Andrew era su sobrino y solo se limitó a decir que tiene sus medios. 

-Shary- dice Camille llamando mi atención- ¿está todo bien? 

-sí, solo pensaba en cosas del trabajo. Lo siento, ya debo irme- digo cogiendo mi bolso mientras me levanto de la silla. 

-¿Qué? ¿A dónde vas?- dice Melissa un poco confundida. 

-tengo cosas que hacer. Nos vemos después- digo despidiéndome de todos. 

Solo cuando estoy fuera del restaurante es que puedo respirar, sentía que me estaba ahogando ahí adentro, la conversación de Lucas sigue rondando mi cabeza al igual que los recuerdos de esa noche con Charly y a eso sumémosle las miradas insistentes de Ethan presionándome en silencio para que hable y diga la verdad. Esos tres hombres están siendo mi tormento en este momento, es como si se hubieran puesto de acuerdo para atormentarme, tanta presión me va a volver loca. 

Dejo mi auto donde esta, prefiero caminar un poco, después volveré por él. El viento de la ciudad hace que me sienta mas despierta para poder pensar con mas claridad. Se que no puedo seguir huyendo, es lo que he estado haciendo durante cinco años, pero al final todo de lo que estaba escapando me alcanzo. 

El sonido de mi celular hace que salga de mis pensamientos. Contesto sin ver quién es. 

-¿Dónde estás?- suspiro al escuchar su voz, eso es lo que menos necesito en este momento.  

-¿para que quieres saber?- digo mirando mi alrededor. 

-solo dime donde estas- ¿Qué debería hacer? ¿ignorarlo y colgar o decirle y descubrir que es lo que realmente quiere? Al final decidí decirle que estaba en un café que se encuentra unos locales más delante de donde estaba. 

Guardo el celular en el bolsillo del abrigo y camino hacia la cafetería. Me siento en una de las mesas que se encuentran cerca de la ventana a esperarlo. Lo veo bajar del auto y hacerme señas para que me acerque. Sin muchos ánimos salgo de la cafetería, el ya tiene la puerta del auto abierta, es mas que evidente que el quiere que suba y eso hago, en este momento no tengo fuerzas para luchar contra él. 

-¿Qué quieres?- digo una vez que el auto está en marcha. 

-ya lo veras- dice con una pequeña sonrisa, eso hace que me alarme un poco. 

Nerviosa miro por la ventana como las personas y los edificios pasan en un borrón. El cielo esta demasiado nublado, lo mas seguro es que llueva más tarde. Cierro los ojos por un segundo sintiéndome demasiado cansada de todo. 

El auto se detiene frente a una gran casa en medio del bosque, hay un pueblo a media hora, desde que lo dejamos no he visto ninguna otra casa cerca. 

-¿Dónde estamos?- le pregunto bajando del auto y cerrando la puerta. 

-cierra los ojos- se limita decir ignorando mi pregunta- anda, cierra los ojos, solo será por un segundo- dice al ver que lo sigo mirando un poco confundida. 

-esta bien- digo cerrando los ojos, por unos segundos me concentro en los diferentes sonidos del bosque. Sentí como sus manos tapan mis ojos- pero si ya los tengo cerrados- protesto con una sonrisa. Apoyo mi cabeza en su pecho disfrutando de su cercanía. 

-es mejor prevenir- me estremezco al sentir su aliento rozando mi cuello- vamos avanzar lentamente- me advierte antes de empezar a caminar. 

Me siento un poco inquieta al caminar con los ojos cerrados, sin embargo, me dejo guiar por él. Subo unos cuantos escalones, a tientas siento el marco de una puerta, doy unos cuantos pasos mas antes de escuchar una puerta cerrarse a mis espaldas. Sus manos dejan mi rostro sin embargo no abro los ojos. 

-ya puedes mirar- susurra en mi oído. 

Parpadeo varias veces acostumbrándome a la poca luz de la habitación, me llevo una mano a la boca por la sorpresa, todo se ve tan hermoso, al fondo de la habitación hay un gran ventanal el cual deja ver el hermoso atardecer, hay velas distribuidas por todo el lugar siendo esta la única iluminación, una chimenea esta encendida, tanto la decoración de la casa como los muebles son muy acogedores, frente a la chimenea hay varios cojines sobre una alfombra junto con varios aperitivos y una botella de vino. 

-¿te gusta?- me giro entre sus brazos para enfrentarlo. 

-me encanta- me puse en puntitas y le di un beso corto- gracias. 

-que tal si comemos algo primero y después te muestro toda la casa ¿Qué te parece? 

-eso suena bien para mí. 

Nos sentamos sobre la alfombra, comimos y bebimos por un largo tiempo mientras platicábamos. Me sentía tan feliz a su lado, pocas veces podíamos estar juntos de esta forma. No podía quitar la sonrisa de mis labios. Podía sentir como me iba enamorando mas y mas de el. Veo como el fuego de la chimenea crea figuras danzantes, su calor me envuelve y la sensación de que todo estará bien me invade, de que este es el lugar al que pertenezco. 

-Shary- Charly llama mi atención, lo miro con una pequeña sonrisa en mis labios, el se aclara la garganta y mira detrás de mi por un segundo- sabes que no soy bueno con los palabras- hace una pausa. 

Lo miro con atención esperando a que continúe, puedo ver en sus ojos que tiene una batalla interna, está intentando descubrir si debe decirme lo que sea que me va a decir o si será mejor callar. Aprieta su mandíbula y vuelve a mirar detrás de mi antes de tomarse una copa de vino de un solo golpe, suspira y vuelve a mirarme. 

-te mereces un hombre que sea capaz de decirte cosas hermosas, te mereces a un hombre que sea capaz de expresar todo lo que siente por ti, mereces a un hombre que sea capaz de hacerte feliz y que nunca te haga daño y ese hombre no soy yo,- no pude evitar fruncir el ceño sin saber a dónde quería llegar con esto- no soy un hombre que acostumbre a decir el tipo de cosas que deberías escuchar, tampoco soy un hombre que exprese sus sentimientos, tampoco estoy seguro de ser capaz de hacerte feliz y de que nunca te haré daño, sin embargo, soy egoísta y solo pienso en mi por eso. 

El movimiento de su mano buscando algo detrás de uno de los cojines llama mi atención.

-es por eso que quiero que estés a mi lado sin importar que no sea el hombre que mereces- deje de respirar en cuento vi que era lo que saco detrás del cojín, intente no hacerme ilusiones, pero fue casi imposible- Shary ¿quieres casarte conmigo? Se que todo está pasando demasiado rápido y que aun eres muy joven, entenderé si dices que...

-si- dije interrumpiéndolo- sí, quiero estar a tu lado el resto de mi vida y no me importa si es demasiado rápido o si aun soy muy joven, o que no creas que eres el hombre que merezco, no me importa porque se que es a tu lado donde pertenezco.

-Shary, Shary- escucho su voz lejana llamándome, todo a mi alrededor empieza a desvanecerse, el calor de la chimenea desaparece y el frió parece envolverme- Shary ya llegamos.

Abro mis ojos mirando un poco confundida todo a mi alrededor, estoy en un auto y no en frente de la chimenea del que fue mi hogar por dos años, solo fue un recuerdo, uno muy lejano.


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