capítulo 27

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Puedo sentir el calor recorriendo todo mi cuerpo, sus labios sobre los míos, sus manos tocando mi piel desnuda. No puedo dejar mis manos quietas, siento la necesidad de tocar su piel, de sentirlo cerca de mí.

Hace mucho que la ropa dejo de ser un estorbo y ya perdí la cuenta del tiempo que llevamos besándonos, tocándonos y acariciándonos sin prisas, como si quisiéramos memorizar cada parte del otro.

Sus labios bajan a mi cuello y siguen descendiendo hasta llegar a uno de mis pechos, una ola de placer recorre todo mi cuerpo haciéndome gemir. Siento como una de sus manos acaricia mi vientre bajo antes de descender y empezar a trazar suaves círculos en mi intimidad.

-Charly -digo su nombre sintiendo el placer recorrer todo mi cuerpo. Mis manos se aferran de su cabello, mis caderas no dejan de moverse buscando el contacto de su mano.

-te extrañe cariño, no sabes cuento- dice antes de volver a besarme.

Yo también lo había extrañado, aunque me lo haya negado una y mil veces. Las noches eran las más difíciles, cuando mi mente me jugaba una mala broma y soñaba que él estaba dormido junto a mí, abrazándome contra su cuerpo, llenándome de calor o haciéndome el amor y diciendo cuanto me amaba, pero siempre me despertaba encontrándome sola en medio de una cama fría sin sus brazos para darme calor, sin embargo, eso ya no importa, no cuando lo tengo aquí, sobre mí, besándome y tocándome como lo hacía antes, no cuando esto es real y no es un sueño.

-Charly, por favor, te necesito -digo sintiéndome al borde.

No tuve que pedírselo dos veces, con una de sus rodillas me separo más las piernas posicionándose mejor entre ellas, se deslizo dentro de mi lentamente, los dos contuvimos la respiración mientras nuestros cuerpos se unían, mis ojos no se apartaron de los suyos, los tenía totalmente dilatados, apenas se podía ver un poco del azul de ellos, su mirada es intensa. Al principio sus embestidas son lentas y profundas, mis manos se aferraban a sus brazos enterrando mis uñas en ellos. Poco a poco va aumentando la velocidad, muerdo mi labio inferior para evitar gemir, no quiero que nos escuchen.

-te prometo que para la próxima podrás gemir todo lo que quieras, es más te haré gritar de tanto placer que incluso te vas a quedar sin voz- susurra en mi oído quitándome el aliento. Dios, él ya está pensando en una próxima vez cuando a mí ni se me había pasado por la cabeza.

Rodeo su cintura con mis piernas necesitando sentirlo más cerca, más profundo, no quiero que esto termine nunca, no quiero salir de esta burbuja donde toda parece estar bien entre nosotros, donde el pasado parece inexistente, donde mis miedos no me detienen, donde me siento viva.

Sus manos nunca dejan de acariciar mi cuerpo como si estuviera adorándome con sus dedos, su boca besa mis pechos, mi cuello y mis labios. Entre besos dice la hermosa que soy y cuento me ha extrañado y yo solo puedo decirle con mi cuerpo lo mucho que lo necesite todos estos años, todo lo que aun siento por él, porque no me atrevo a decirlo en voz alta, porque aún tengo miedo, miedo de que si se lo digo el vuelva a hacerme daño, tengo miedo de volver a confiar en él y salir herida, por eso lo único que hago es contener mis gemidos para que nadie nos escuche, y aguantarme las ganas de llorar por los sentimientos tan abrumadores que despiertan sus palabras y sus caricias.

Muerdo su hombro ahogando mis gritos cuando la liberación al fin llega, apenas soy consiente cuando Charly se desploma sobre mí. Acaricio su cabello una vez que mi respiración disminuye un poco, Charly deja un suave beso entre mis pechos antes de volver a apoyar su cabeza en el. Permanecemos en silencio por unos minutos hasta que empiezo a sentir sueño.

-creo que debería ir a mi cuarto -digo, pero no hago ningún esfuerzo por levantarme.

-quédate.

-debo levantarme temprano para ayudar a Mary con las cosas de la casa y levantar a los niños.

-pondremos una alarma -dice apretando su agarre alrededor de mi cintura y frota el valle de mis pechos con su nariz.

-esta bien -susurro cerrando los ojos y dejando que el sueño me abrace.

Charly cumplió con su palabra, la alarma me despertó temprano en la mañana, con cuidado de no despertarlo estiro la mano y la apago, retiro sus brazos de mi alrededor y salgo de la cama, camino por todo el cuarto buscando mi ropa hasta que la encuentro toda, me visto en silencio y salgo del cuarto.

Lo primero que hago al llegar a mi habitación es buscar algo de ropa cómoda para la casa y luego darme una ducha evitando pensar en la noche anterior, si lo hago ahora seré un caos nervioso una vez que baje y Mary se dará cuenta de que algo sucedió anoche y no quiero que se entere, por eso debo actuar lo mas natural posible, sin embargo y por mas que lo intente no lo logro, mi cabeza vuelve una y otra vez a lo que sucedió la noche anterior.

Me visto y recojo mi cabello en un moño como de costumbre, tomo una respiración profunda antes de abrir la puerta y salir al pasillo. Me encuentro con Mary preparando el desayuno, voy hacia el armario donde guardamos las cosas de aseo.

-¿Cómo dormiste anoche? -pregunta mientras corta un poco de fruta.

-bien -me limito a decir mientras cojo una escoba y el recogedor – y ¿tu?

-muy bien, me sentí muy segura sabiendo que había un hombre en casa ¿sabes? -levanta la vista cuando salgo del armario y me regala una sonrisa un poco maliciosa –no es bueno que dos mujeres y un niño vivan solos sin la protección de un hombre -prosigue- hoy en día el mundo es muy peligroso para eso.

-nunca antes te habías quejado por eso y hasta el momento hemos estado muy bien sin la compañía de un hombre, no veo porque eso debe cambiar ahora.

Escucho unos pasos firmes bajar las escaleras, todo mi cuerpo se tensa por la anticipación de volverlo a ver, intento no cambiar la expresión de mi rostro, pero es más difícil a medida que los pasos se acercan y cuando siento la tensión crecer hasta casi ser insoportable mi celular suena en el bolsillo de mi pantalón, suspiro aliviada en mi interior, dejo la escoba y el recogedor a un lado, saco el celular del bolsillo y contesto.

-hola -digo saliendo de la cocina, me cruzo con Charly en la entrada y le sonrió a modo de saludo mientras finjo escuchar lo que sea que Camille me este diciendo al otro lado de la línea.

-¿me estas escuchando?

-lo siento, me distraje un poco -digo cuando estoy lo suficientemente lejos para que no me escuchen desde la cocina.

-te decía que si vamos a llevar a los niños al cine.

-me gusta la idea- contesto sintiéndome entusiasmada- ¿Por qué me llamas tan temprano para decírmelo?

-porque los niños aún están dormidos y así podemos hablar en paz.

-tus niños son un terremoto -digo con una risita.

-ni me lo digas -se queda callada por unos segundos antes de suspirar- mi momento de paz a terminado, la niña se acaba de despertar.

-entonces hablamos después.

-adiós -dice antes de colgar.

Miro hacia la cocina mordiéndome el labio, no quiero, pero debo enfrentarlo, ya soy una adulta hecha y derecha por el amor de dios, no una adolescente cobarde que no sabe cómo actuar después de acostarse con un chico. Con ese pensamiento camino hacia la cocina, sin embargo, la voz de Mary me detiene.

-Shary ve a despertar a los niños, el desayuno ya casi está listo, después te pones a barrer.

-si mami -digo sintiendo como la parte cobarde de mi se siente feliz por evitar a Charly una vez más.

-ya quisieras que fuera tu mamá, ahora ve rápido a despertar a los mocosos.

Subo las escaleras con rapidez, primero despierto a Andrew y Damon que son los que más fácil despiertan, los escucho bajar las escaleras corriendo mientras voy la habitación de valentina. Tardo unos minutos en despertarla, después de que se lava la cara y los dientes bajamos a desayunar.

Entro en la cocina dispuesta a dejar de ser un bebe llorón y enfrentarlo, pero no está, miro alrededor de la cocina como si fuera a aparecer en cualquier momento.

-recibió una llamada y se tuvo que ir.

-esta bien -digo indiferente, pero sintiéndome un poco decepcionada.

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