capitulo 26

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Es oficial esta noche no duermo, son más de las dos de la mañana y no he podido conciliar el sueño. Enciendo la lampara que está en la mesita de noche al lado de mi cama cansada de estar mirando el techo en la oscuridad, intento leer un poco, pero simplemente no logro concentrarme, estoy demasiado inquita y sé muy bien porque, el tener a Charly durmiendo bajo el mismo techo me tiene así.

Me levanto de la cama incapaz de seguir acostada un minuto más, voy al baño y me enjuago la cara, me miro al espejo y me suelto el cabello, ya debería cortármelo, está demasiado largo y me pesa un poco cuando lo recojo. Voy a la cocina por un poco de comida y algo de beber.

Saco las cosas necesarias para hacer un sándwich, estoy cortando el tomate cuando un ruido me pone alerta, miro hacia la entrada de la cocina encontrándome con Charly en bóxer y una bata de baño encima, lo miro sin saber que decir.

-no tenía nada más que ponerme- dice mirando la bata rosa, camina hacia mí, sigo sin decir nada, solo lo miro- ¿no podías dormir?

-no –digo por fin reaccionando, vuelvo a cortar el tomate- y ¿tu?

-me desperté cuando escuché ruidos, bajé a ver que eran -no dije nada por un momento.

-¿quieres uno?

-si.

Termino de hacer los sándwiches, le paso uno con un poco de jugo. Comemos en silencio, no es un silencio incomodo, es agradable. Cuando termino comienzo a limpiar el mesón y a guardar las cosas en la despensa y en la nevera evitando mirarlo. Recojo los platos y vasos sucios para lavarlos para hacer tiempo y que él se vaya de una vez, pero no lo hace, puedo sentir su mirada sobre mi todo el tiempo. Ya no me siento del todo cómoda, la tensión se siente en el aire y crese con cada segundo.

Me topo con su pecho cuando doy un paso atrás una vez que guardo los platos y vasos en el gabinete.

-creo que debería intentar dormir, buenas noches -digo moviéndome a un lado para poder rodear el mesón y salir de la cocina, ese era el plan, pero Charly se interpuso en mi camino.

-¿Por qué tanta prisa?

-ya es tarde y debería ir a dormir- digo sin mirarlo.

-¿Por qué siempre me das la impresión de que estas huyendo de mí?- dice con un suspiro cansado. Por qué lo estoy haciendo, pienso, pero no lo digo.

-no sé si para ti sea fácil porque para mí no lo es- digo mirándolo por fin -he intentado dejar el pasado atrás, acostumbrarme a tenerte nuevamente en mi vida, pero no es fácil, aun lo estoy intentando equilibrar nuevamente mi vida desde que volviste a aparecer en ella.

-lo sé- dice agachándose un poco para unir nuestras frentes, toma mi rostro entre sus manos y cierra los ojos por un segundo antes de volver a abrirlos y mirar directo a los míos- sé que esto es difícil para ti, para mí también lo es por razones diferentes. Me cuesta estar alejado de ti, intente poner distancia entre los dos desde que nuestros caminos volvieron a coincidir, pero no lo he logrado, simplemente no puedo alejarme de ti.

Mi corazón está a mil por hora y no sé qué decir ante sus palabras, no sé cómo sentirme en este momento, estoy en conflicto, un montón de pensamiento pasando por mi cabeza con rapidez sin permitirme concentrarme en uno de ellos, sin embargo, todo se detiene cuando sus labios rozan los míos. ya no hay pensamientos, ya no lucho contra nada. Estoy tan cansada de luchar todo el tiempo contra mis sentimientos, contra el deseo de estar en sus brazos, estoy tan cansada de pensar en todo, todo el tiempo, de aferrarme al rencor que se ha ido desvaneciendo desde que lo volví a ver, así que simplemente dejo de luchar y le correspondo el beso con la misma fuerza y desesperación.

Rodeo su cuello con mis brazos para atraerlo más a mí y profundizar el beso, sus brazos rodean mi cintura levantándome del suelo, cruzo mis piernas alrededor de su cintura. Nos separamos por falta de aire, tengo la respiración agitada y la cabeza un poco nublada por la intensidad del beso. Nos miramos a los ojos por unos segundos antes de volver a besarnos, siento como empezamos a movernos, sin embargo, nos seguimos besando, incluso cuando siento que empezamos a subir las escoleras y llegamos al segundo piso o cuando escucho una puerta cerrarse.

Nos separamos cuando siento el suelo bajo mis pies. Soy vagamente consiente de que estamos en el cuarto de invitados, pero no me importa, nada en este momento importa, solo el hombre que esta frente a mí. Retira un mechón de cabello de mi rostro antes de tomarlo entre sus manos y besarme lentamente, sin prisas, sus manos bajan por mis brazos antes de tomarme de la cintura y pegarme más a él. Mis manos tocan su pecho desnudo.

-¿Qué estamos haciendo? -pregunto entre besos.

-no sé, solo sé que no quiero detenerme -susurra contra mis labios antes de volver a besarme con más intensidad que antes.

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