El siguiente paso II

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Trish y Leone con el tiempo se volvieron algo cercanos. Podria decirse que la principal razón de ello fue el maquillaje. Porque la primera vez que fueron a Libeccio a cenar con la pelirrosa, ella se sento durante aproximadamente veinte minutos revolviendo el contenido de su cosmetiquera antes de que salieran rumbo al ristorante.

La chica se veía algo ofuscada y desesperada buscando algo en particular. Y cuando Buccellati junto a Abbacchio bajaron a la sala para esperar, al notar el estado de la chica, el pelinegro se acerco a ella por curiosidad y autentica preocupación.

- ¿Qué ocurre, Trish? ¿Perdiste algo? – le pregunto, ladenado sutilmente la cabeza.

- No encuentro mi delineador – suspiro derrotada, dejando su cosmetiquera rosa sobre la mesita frente al sofá – Supongo que lo perdi.

- Oh... - Buccellati fruncio levemente el ceño - ¿Por qué no pides prestado uno? – el pelinegro apenas y formulo aquello, volteo sobre su hombro – Abbacchio...

El albino se encontraba sentado en el sofá al otro extremo de la sala, sosteniendo un espejo de mano frente a su rostro. Al oir la voz de Buccellati alzo la mirada hacia el, interrogante.

- ¿Puedes prestarle un delineador a Trish? – pregunto el joven capo.

- ... Seguro – respondio despues de una corta pausa, arrastrando lentamente su mirada del capo hacia la pelirrosa.

Trish se sintió como minimo incomoda en ese momento. El albino tenia una mirada demasiado pesada. Si bien era bastante atractivo, predominaba ese porte intimidante con el eterno ceño fruncido que solo se relajaba cuando se trataba de Buccellati. Por otro lado, Buccellati era totalmente su opuesto, era un hombre hermoso, cuya amabilidad era palpable. Le gustaba eso del pelinegro, para ella se veía bastante confiable.

Leone tomo su propia cosmetiquera, una bolsa de charol negra, de la mesita colocada en el centro. Deslizo el cierre y saco un delineador líquido del interior, poniéndose de pie para extender el tubo alargado hacia la pelirrosa. Todo bajo la atenta mirada de Bruno, quien tenía una suave sonrisa adornando su rostro.

Dudo un poco, pero extendió la mano en busca de aquel cosmético. Los ojos de la muchacha se abrieron sorprendidos al ver mejor el tubo.

- Dolce & Gabanna... - dijo, recibiendo el delineador. Le dio un vistazo, acariciando con sus dedos el tubo de color negro. Repentinamente, la joven parecia haber tomado confianza – Con seguridad, sabia que usabas algo de calidad pero no podia distinguir que era – divago con una sonrisa sin apartar la mirada del delineador – Me gusta tu maquillaje, siempre es tan pulcro – agrego, subiendo por fin la mirada hacia el rostro de Abbacchio.

En ese momento, la expresion del albino se suavizo levemente. Buccellati en cambio continuaba tan sonriente como hace unos momentos.

- ... Gracias – respondio, Abbacchio no sabia que mas decir al respecto. Capto de reojo como el capo sonreía. Inhalo suavemente, acercándose por fin a la pelirosa y tomando asiento a su lado. El eterno mal humor del albino parecia haberse disipado un poco – ¿Qué marca de rímel usas?

- Givenchy – Trish abrio el delineador e inspecciono la punta de cerca, intento alcanzar su espejo con su mano libre.

- Usa esto, no hagas malabares o podrias arruinar tu base – Abbacchio alcanzo su propio espejo, el cual tenia una base para acomodarlo fijo sobre la mesita.

- Cielos, gracias – Trish se deslizo lentamente hacia la alfombra y comenzo a delinear sus ojos.

Buccellati camino hacia ellos y tomo asiento junto a Leone, demasiado cerca. El pelinegro le dedico una sonrisa suave al mayor. Abbacchio pellizco la mejilla del joven capo sin que Trish se diera cuenta.

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