Dolce Amore

Especial de Halloween: Dolce Halloween

¿De quién había sido la brillante idea de ver una película de terror la noche del sábado 31 de Octubre? Mas bien, de un maratón de películas de terror. Y lo que era mas ridículo, con todos disfrazados, en una pijamada.

¿Mista, Narancia? Se habían alborotado mutuamente y finalmente condujeron a todos a sentarse en la sala a mirar un maratón de películas de terror.

Narancia no era uno para las películas, prefería las animaciones. Pero todo el tema de Halloween lo tenia básicamente vibrando de emoción junto a Mista.

El Halloween ni siquiera era una tradición italiana. Era una festividad extranjera que había ido cobrando fuerza en otros países con el tiempo, mercadotecnia, etc.

No obstante, Leone Abbacchio podía soportar todo el revuelo de la situación por una única razón... Bruno. Bruno Buccellati.

El absolutamente precioso Bruno Buccellati, sentado a su lado, mirándole con una suave sonrisa mientras colocaba un tazón de palomitas en su regazo.

- Mantequilla extra, como te gustan – dijo el pelinegro, acomodando el tazón de palomitas en las piernas de Leone. En su otra mano, sostenía entre sus dedos un par de botellas de cerveza, le entrego una a Leone, sonriendo juguetonamente.

Y su disfraz, oh, el maldito disfraz de Buccellati. El pelinegro estaba usando un sombrero de pirata, con un parche negro sobre uno de sus ojos. Pero, ¿se suponía que los malditos piratas eran tan sensuales? Bruno traía puesta una camisa blanca de seda de mangas anchas con holanes, totalmente sin abotonar y exhibiendo de esa manera su perfectamente esculpido torso usando un coqueto bralette de encaje negro. Sus pezones le saludaba coquetamente, botoncitos color rosado, de hecho, el pezoncito derecho tenía alrededor una marca de mordida reciente que le había hecho. Eran tan bonitos que jamás se resistía a morderlos y chuparlos. Y para complementar ese precioso y provocador atuendo, Bruno estaba usando unos pantalones de cuero extremadamente ajustados, Leone llevaba bastante rato mirándole caminar, fijándose en el redondo trasero de Bruno en esos ajustados pantalones, mientras el pelinegro caminaba por el comedor y la cocina, preparando algunos bocadillos.

Bruno le dio un trago a su botella de cerveza antes de dejarla en la mesita frente al sofá. Regreso al comedor ante la atenta mirada de Leone y trajo consigo un plato grande con una pizza margherita casera que coloco en la mesita. El pelinegro estaba usando unas botas altas, el balancear de sus caderas al caminar con aquellos pantalones tan ajustados era hipnotizante.

Por su parte, el disfraz de Halloween de Leone era enteramente obra de Bruno. Leone ni siquiera pensó en usar un maldito disfraz. Sin embargo, Buccellati se había mostrado positivo con la idea de los mocosos de hacer una pequeña celebración de Halloween, por lo que preparo disfraces para ambos, consciente de que Abbacchio no prepararía nada.

Al igual que Buccellati, Abbacchio traía puesto un disfraz de pirata. Un sombrero similar al de Bruno, pantalones de cuero muy ajustados. La diferencia recaía en que el no tenia un parche de ojo y tampoco ninguna linda camisa de seda blanca con holanes. Leone usaba únicamente un chaleco negro sin abrochar, ni mas ni menos, por lo que su torso estaba expuesto al igual que sus brazos. Si se les miraba en conjunto, el sombrero de Bruno y la elegancia de su escasa ropa superior indicaba que él era el capitán. Bien, eso estaba acorde con la realidad.

En cuanto al resto de los mocosos, debía admitir que algunos disfraces eran ingeniosos. Mista se encontraba vestido de zombie, usaba lentes de contacto que volvían sus ojos completamente blancos y el maquillaje en su rostro salpicado de sangre falsa le daba un toque dramático. A su lado, el mocoso Giorno, había colocado pinzas en su cabello para después convertirlas en flores adornando sus cabellos, con colores vibrantes que iban a juego con un elegante traje rosado y por supuesto, unas orejas falsas de elfo. Eran un dúo. Mista representaba la podredumbre de un no vivo, y Giorno rebosaba vida con su atuendo.