Sonno

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El sonido de un par de jadeos interrumpe el sueño de Buccellati. Lentamente, el pelinegro abre sus ojos. A su alrededor esta oscuro, por lo que parpadea somnoliento, aun escuchando esos jadeos que lo despertaron.

A Buccellati le toma apenas unos segundos para distinguir lo que hay frente a el gracias a la tenue luz de la luna que ilumina la habitación, colándose por el ventanal principal. Por supuesto, no tiene que buscar la fuente del ruido. Es Abbacchio, jadeando y quejándose.

Recostado junto a el, con los claros cabellos atrapando los rayos lunares esparcidos en la almohada que comparten, con el varonil rostro pálido libre de maquillaje, esas cejas casi inexistentes fruncidas de un bonito color gris claro que apenas resalta, los gruesos labios de su color rosado natural y las pestañas largas y de color claro, los fuertes hombros anchos desnudos, el pecho amplio al descubierto, con bonitas marcas de mordidas hechas previamente por el, salpicando el borde del amplio escote que marca con su abrigo. Es hermoso, aun con ese rostro fruncido en una expresión de incomodidad, muy distinta a su eterno ceño fruncido que siempre ha encontrado encantador.

El capo y su soldato están acostados juntos, en la cama que comparten, uno frente al otro entre las cálidas sabanas. Y Buccellati sabe que Abbacchio esta teniendo una pesadilla. Su hombre esta teniendo un mal sueño.

Pero eso no perturba a Buccellati, no cuando sabe perfectamente que hacer para remediarlo. Por lo que aun somnoliento, aparta los cabellos del hermoso rostro de su soldato y elimina la poca distancia que hay entre él y el cuerpo de Abbacchio, para dejar un pequeño beso en la mejilla del mayor.

Un beso pequeño y suave que basta para hacer que el albino deje de jadear, de quejarse. Bruno no se detiene, se arrastra hasta los preciosos labios de Leone y deja otro beso ahí, presionándose mas contra el, el cosquilleo de placer y amor comienza en sus labios unidos y se expande como una corriente por todos sus cuerpos. En ese momento, la expresión de Abbacchio se suaviza. Buccellati enreda sus piernas con las del mayor de forma un poco torpe debido a su somnolencia, a estas alturas ya se siente en las nubes, colmado de calidez y amor. ¿Abbacchio se sentirá igual, aun mientras duerme?

Debe ser así, su expresión aun dormido lo delata. Bruno toma el brazo de Leone y lo acomoda alrededor de su cintura. Normalmente, dormirían ya abrazados. Pero el se había quedado dormido antes de que Abbacchio llegase, estaba tan cansado luego de un arduo día lleno de papeleo y sin tener al albino para ayudarle...

Aparentemente, su hombre se había contenido y simplemente se recostó a su lado, sin atreverse a tocarlo por miedo a despertarlo.

No obstante, estaba teniendo un mal sueño. Y Bruno sintió algo de culpa. Pero supo como remediarlo al instante, en cuestión de segundos.

Las pesadillas de Abbacchio eran algo recurrente cuando llego a su lado. El hombre dormía poco, y cuando lo hacía, resultaba en un mal sueño que lo dejaba aún más cansado que cuando se fue a dormir. Únicamente con fuertes dosis de alcohol era capaz de mitigar esos malos sueños y su cerebro se apagaba por unos momentos. Lo sabía por palabras del mismo Abbacchio. Lo sabia por que el destrozado hombre le había rogado por alcohol la primera vez que decidió alejar la botella de él, con el ceño fruncido y preocupado por ese hombre que lo miraba con desesperación, tratando de alcanzar el par de botellas que Bruno escondió en zippers dentro de él.

Abbacchio, dulce Abbacchio. Cuan noble era su corazón, atormentado por una única mala decisión, la única decisión errónea a lo largo de su vida. El era un hombre sincero, un hombre de bien con aspiraciones nobles. Buccellati era capaz de verlo. Le había dolido tanto el corazón la primera vez que presencio al ex policía dormido, quejándose entre sueños, con el rostro contraído en una expresión de incomodidad, tanto que no había atinado a hacer algo mejor que acariciar su rostro y despertarlo. Realmente, Leone había mirado avergonzado a Bruno en cuanto sus ojos se abrieron y se dio cuenta de lo que ocurrio.

Y en poco tiempo, Bruno fue arrastrado irremediablemente al amor por Leone Abbacchio. Había demasiada atracción sexual, pero también atracción sentimental. Paso poco para que Bruno se encontrara suspirando por Leone, sintiendo escalofríos placenteros cada que notaba la forma tan intensa en la que lo miraba el mayor, con aquella lealtad que siempre le demostró, arrodillándose ante el en la primera oportunidad, tomándolo de las manos y siguiéndolo a todos lados. Por ello, el capo siempre pensó que recibía demasiado de su soldato.

Por otro lado, Buccellati aprendió fácilmente a mitigar los malos sueños de Abbacchio y estos fueron desapareciendo poco a poco. Aunque actualmente había ocasiones en las que regresaban. En cierto aspecto, le parecía muy tierno que el mayor se incomodara por no dormir acurrucado con el. Por eso temía mucho las noches en las que debía de salir por algún viaje sin poder ser acompañado por Abbacchio, podía ver el rostro de incomodidad del albino cada que anunciaba que pasaría una noche afuera, así que usualmente hablaba por teléfono con el hasta que se quedaba dormido. Y al regresar, lo cubría de besos suaves en un estrecho abrazo.

Somnoliento, Bruno parpadeo lentamente un par de veces observando el rostro ahora relajado de Leone. Acaricio la pálida mejilla, haciendo movimientos circulares con su dedo pulgar al frotar la cálida piel y sonrió cuando el mayor emitió un suspiro de comodidad, apretándole la cintura.

- Amore mio... mi Leone – murmuro el pelinegro con dulzura en su suave voz, juntando nuevamente sus labios contra los del albino. Movió la cabeza sutilmente, rozándose contra el.

Envuelto en la calidez del cuerpo de su hombre entre las finas sabanas de seda, el capo poco a poco fue cerrando los ojos nuevamente. Buccellati se quedó dormido, con la seguridad de que Abbacchio no volvería a tener una pesadilla. Y que dentro de poco, lograría que todos los malos sueños desaparecieran. 





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Wenas noches bandamax

Tenia mucho sin un cap sweet aqui
Este ya lo tenia desde hace tiempo y por fin pude compartirlo 

Espero qe les haya gustado, aun con tanta cosa cursi
Pero es q no puedo paraaaar, son tan cachondos y amorosos <3

Muchisimas gracias por leerme, acabo d notar con gran sorpresa q ya rebasamos los 20 K de lectura
Mil graciaaaas, mil gracias <3 los adoro, los amo muchisimo <3 gracias por todo 

Les mando un wen besote antes d terminar d ponerme bien wey  <3

Dolce AmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora