Vino Bianco (Ubriaco I)

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Había muchos tipos de borrachos. Estaban los que reían escandalosamente sin parar, aquellos a los que les entraba demasiado sueño y se dormían en cualquier lugar, los que explotaban en lágrimas por recuerdos o cualquier nimiedad, también los había cariñosos que repartían abrazos y besos con lindas palabras, personas que insistían en hablar demasiado de incoherencias, incluso unos se ponían agresivos buscando pleito en cualquier lugar.

Se supone que cada quien debía tener control sobre su cuerpo y medir la cantidad de lo que se consumía. Se supone. Eran adultos después de todo. Jóvenes gangsters de Passione.

Era de noche. Una calurosa noche de verano. Y las cosas se les habían salido de las manos sin darse cuenta siquiera.

La pandilla de Buccellati fue al ristorante a cenar, y al regresar a casa Narancia puso música en su radiograbadora a todo volumen. Estaban celebrando el éxito de las ultimas misiones, todos estaban de buen humor.

Abbacchio abrió una botella de vino blanco, con una urgencia por refrescarse. Y a pesar de que la estruendosa música de Narancia no era particularmente del gusto de todos lo dejaron pasar.

Se encontraban en la terraza de la vivienda. Abbacchio tomaba de su copa de vino en silencio observando el cielo estrellado y escuchaba las incoherencias de sus compañeros. La mirada del albino cada tanto bajaba del cielo para mirar a Buccellati quien estaba sentado en uno de los sofás junto a Narancia, conversando un poco y riendo levemente cada tanto.

Fugo, Mista y Giorno se integraron pronto a la charla. Al parecer el tema giraba en torno a que por accidente Narancia disparo con Aerosmith al trasero de Mista. Y Giorno había tenido que curarlo. Mista estaba bastante abochornado y agitaba a Narancia de los hombros.

De pronto, Buccellati le dirigió una mirada y camino hacia la mesita frente a la que estaba sentado. Tomo una copa vacía y se inclinó apoyándose en la mesa frente al albino.

- Abbacchio, creo que tomare un poco... - dijo, jugando con el tallo de la copa. Sin embargo, noto que Abbacchio se había quedado viéndole el escote. Soltó una suave risa que hizo reaccionar al peliplateado al instante.

- Lo supuse. Por eso abrí una botella de tu vino preferido - contesto al instante, quitándole el corcho a la botella y llenando la copa de Buccellati. El pelinegro se sentó a su lado en el sofá que habia estado ocupando y dio un buen primer trago. Aquel vino era exquisito y no le iba a tomar mucho tiempo vaciar la copa gracias a lo refrescante que resultaba.

Buccellati recargo su codo en la mesita y extendió la palma de su mano para recargar ahí el mentón. Miro a Abbacchio y sonrió antes de darle otro trago a su copa.

Por su parte, el albino se le quedo viendo y también sonrió sutilmente. Con discreción deslizo su mano para ponerla sobre el muslo del capo.

Pero la calmada atmosfera en la que se sumergieron en ese instante se vio interrumpida. Narancia se acercó a ambos y tomo una de las copas vacías.

- Quiero probarlo! - exclamo mirando a Abbacchio. Fugo se paró detrás de él e intento quitarle la copa.

- De ninguna manera. Buccellati no te lo permitira - gruño Fugo forcejeando con Narancia.

El de la bandana naranja miro a Buccellati suplicante y también a Abbacchio. Parecía un niño pidiendo permiso a sus padres.

- Solo será un trago. Además hace calor y tengo sed!- suplico alejando su copa de las manos de Fugo.

Buccellati y Abbacchio se miraron unos segundos. Y finalmente el pelinegro le hizo una señal inclinando la cabeza al albino.

Abbacchio tomo la botella y vacío un poco del líquido en la copa que sostenía Narancia, Fugo los miro sorprendido.

Dolce AmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora