«EL PODER ES UNA SOMBRA EN LA PARED Y UNA NIÑA PUEDE PROYECTAR UNA SOMBRA MUY GRANDE»
La vida de Lyanna Valjean no podría ir mejor. Los últimos meses han sido los mejores de su vida con su maravilloso novio y su familia, ocultando también un enorme...
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Lyanna recordaba exactamente lo que era despertar desnuda, helada, sola y adolorida, sus partes íntimas sangrado y sintiendo como si hubieran dado vueltas sus intestinos. La odiosa mirada de su madre sobre ella, como la miraba con envidia y recelo mientras la sacaba de la habitación con fuerza, clavándole las uñas en la muñeca, mientras arrastraba a una Lyanna desahuciada de la habitación, apenas viva, apenas con una chispa en sus ojos.
Ahora se había despertado envuelta en los fuertes brazos de Bellamy, dándole calor y su respiración haciéndole cosquillas en el cuello. No se sentía adolorida, no estaba sangrando, no había sido violentada ni abusada. La noche anterior no había sido dura y violenta, Bellamy había sido gentil y suave aunque Lyanna no era virgen, de todas formas fue gentil y tierno, mirándola a los ojos, "el amor viene de los ojos" recordó las palabras de su abuela, los ojos de Lyanna ahora no solo tenían una pequeña chispa, estaban azules vivido, como las llamas azules del fuego. Como él la abrazaba contra su pecho, susurrándole tiernas palabras, protegiéndola en sus brazos, Lyanna siempre se sentía segura en los brazos de Bellamy, podían estar todos los hombres de su pasado afuera de la puerta y aún se sentiría segura en sus brazos. Desnuda bajo las sábanas con Bellamy abrazándola y sosteniéndola, jamas se habia sentido más viva, no habia despertado sola y llorando, habia despertado con el chico al que amaba, dándole calor, sintiéndose protegida y amada. Había hecho lo que tanto deseaba. Pensó en las palabras de la chica, no lo había hecho por esa desagradable persona. En realidad, Lyanna sentía que debía darle las gracias, gracias a ella se dio cuenta lo tonta que estaba siendo, ella no tenía miedo a tener sexo con Bellamy, ella creía tenerlo, pero en realidad siempre estuvo lista, solo tenia que creer en ella. Gracias al comentario de la chica que la hizo reflexionar sobre si misma, de verdad debia darle las gracias.
—Hola—Lyanna abrio los ojos y se dio la vuelta para ver a Bellamy quien la admiraba.
—¿Cómo dormiste?—fue lo primero que dijo, Lyanna lo vio tiernamente antes de besarle.
—Estoy bien. Hambrienta.—ella respondió, antes de ponerse encima de él y sonreírle, Bellamy la tomo por la cadera e hizo que ella se pusiera bajo él, y él arriba, poniendo ambas manos en la almohada, apoyandose para no poner todo su peso sobre Lyanna, antes de acariciarle la cabeza mientras comenzaba a besarla como anoche.
—¿Quieres ir a comer ya?
—¿Quién dijo que tenemos que pararnos de la cama?—Lyanna sonrió antes de empujarlo suavemente a un lado, y buscar bajo la cama la caja llena de fresas, Bellamy la vio con una ceja alzada.
—Fresas—Bellamy sonrio ante el recuerdo de estar en el hermosos prado con Lyanna comiendo fresas.
—Son lo mejor que he probado en todo nuestro tiempo aquí abajo—ella sonrió antes de darle una pequeña mordida a la punta, luego se la dio en la boca a Bellamy—. Ademas no quiero levantarme. Quiero quedarme aquí .