veintisiete

5.4K 619 136
                                    

Preparen los pañuelos y música para hacer todo más triste.
Y feliz día de san Valentín.

"Me gustaría conocerlo"

"Me gustaría conocerlo"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Octavia se había tenido que quedar debajo del suelo por largas horas, tenía 9 años cuando vio que lo que su madre había cubierto con una manta en realidad era una compuerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Octavia se había tenido que quedar debajo del suelo por largas horas, tenía 9 años cuando vio que lo que su madre había cubierto con una manta en realidad era una compuerta.
Estaba debajo del suelo como siempre, abrazada a su peluche cuando se movió un poco, apoyándose en la manta solo para caer de espaldas.
Ese día fue cuando descubrió cómo lideraba un pequeño pasadizo, ese día, Octavia conoció a su mejor amiga.
Intrigada por esto, comenzó a gatear por el pequeño espacio que tenía. Ella sabía que estaba mal, no debía alejarse jamás de casa, no debía salir, sin embargo seguía debajo del suelo por lo que técnicamente no había roto ninguna regla. Aunque seguramente si su madre supiera lo que estaba haciendo ahora no había duda que la iba a a castigar, mientras su hermano mayor, Bellamy, la vería con pena, sabiendo lo difícil que era para ella quedarse escondida.
Pero sus pensamientos se interrumpieron cuando una niña apareció frente a ella.
Octavia jamas había visto a niñas de su edad, sin embargo esa niña debía ser la más bonita de toda el Arca, hizo que Octavia se sintiera como una especie de adefecio. La niña tenía un cabello rubio hermoso y largo, sus ojos eran azules, su piel pálida y sus mejillas sonrosadas, sus facciones suaves y delicadas, además de que tenía una corona en su cabeza, parecía una muñeca. Lo único raro si, era le expresión de terror puro en su rostro, como si hubiera escapado de un monstruo las últimas horas y en cuanto vio a Octavia esta quedó igual de paralizada que la castaña.

—Por favor no le digas a mi madre que estoy aquí—la niña rubia pidió apoyándose de sus codos, arrastrándose por el pequeño espacio se acercó a Octavia. Tenía una pequeña voz, amortiguada y llena de miedo.

—No...no le diré a tu madre—Octavia respondió algo confundida.

—Oh—la niña sonrió y fue deslumbrante, como si se volviera más cálido en lo frío y sobrio que era el Arca—. ¡Soy Lyanna pero dime Lya!

KHALEESIE | the 100 #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora