diez

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"No pensarás...¿que la gente quiere que yo mate a Clarke verdad?"

Lyanna en su día en Polis había conocido a Titus, el guardián de la llama, también consejero de Lexa, un hombre bastante tradicional

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Lyanna en su día en Polis había conocido a Titus, el guardián de la llama, también consejero de Lexa, un hombre bastante tradicional. A su lado derecho, ayudando a los terrestres, a sus súbditos, resolviendo sus problemas...Lyanna se sentía bien, se sentía...completa.
Luego Lexa la guió a una gran habitación, que parecía bastante antigua, al parecer nadie venía hace años, tenía una gran cama y una bañera también, además de una chimenea, se veía confortable y cálida...hogar era la palabra más adecuada. Lyanna pasó su dedo por las murallas y la mesa.

—¿Por que está tan llena de polvo?—preguntó curiosa.

—Cuando Nomondavra murió...fue muy duro para el comandante Ryder. El la amaba demasiado, así que cerró esta puerta, negándole el acceso a cualquier persona que no fuera Nomondavra...pero tú lo eres, y ahora es tuya.

—Es raro...me siento una intrusa durmiendo en la habitación de alguien que se supone que tengo que hacer.

Lexa frunció el ceño y se acercó a ella.

—No se supone que tienes que ser Nomondavra. Esta es quien eres—la chica dijo, luego se aclaró la garganta—. Haré que la limpien y te pongan sábanas limpias, además mira esto—ambas fueron a un cofre enorme que estaba a los pies de la cama, Lexa lo abrió y ambas sacaron lo que eran ropas. La mayoría eran vestidos, blancos, azules, rojos y grises, todos elegante y dignos de una reina, habían también capas, y pantalones, faldas de cuero y de lana, como las ropas de Dothraki, botas de cuero largas, y no solo ropa elegante para reina. Además había una armadura que estaba hecha de huesos, huesos de animales Lyanna espero, otra armadura esta vez de metal, y al fondo de todo el guardarropa, Lyanna jadeó al ver una espada que estaba oculta, llena de pólvo y algo oxidada, debía tener al menos 50 años, el mango era la cabeza de un dragón con la boca abierta, listo para escupir fuego, y en sus ojos habían dos piedras rojas.

—Es Balerion—Lexa explicó—. La espada de Nomondavra.

Lyanna sintió que su corazón se salto un latido.

—¿Co...como dijiste que se llamaba?

—Balerion—repitió ella—. ¿Por que? ¿Cual es el problema?

—Creo...que Elaena la plateada y yo tenemos mucho más en común de lo que creía—tomó la espada, se ajustaba perfectamente a su mano, era algo pesada pero nada que no pudiera soportar, vio a Lexa—. ¿Puedes hacer que la limpien?

La chica asintió. Lyanna tratando de no estar tan cómoda con Lexa como se volvía, vio el atardecer, debía ser de noche, tenía que volver.

KHALEESIE | the 100 #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora