«EL PODER ES UNA SOMBRA EN LA PARED Y UNA NIÑA PUEDE PROYECTAR UNA SOMBRA MUY GRANDE»
La vida de Lyanna Valjean no podría ir mejor. Los últimos meses han sido los mejores de su vida con su maravilloso novio y su familia, ocultando también un enorme...
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Lyanna respiró profundamente antes de entrar a la habitación, la habitación que antes había sido de ella y de Bellamy. Analizó la habitación, todo estaba destrozado, como si un huracán hubiera pasado por la habitación, la cama estaba completamente desecha y el colchón estaba tirado en el suelo, el mueble que había tenia todos los cajones abiertos y vacíos, los libros tirados en el suelo, las sábanas completamente rotas. La chica se acercó aún más y sus pies chocaron contra algo metálico, se arrodilló y tomó entre sus manos el broche de dragón que Valjean le había regalado. Se había ido tan rapido de Arkadia que lo había olvidado. Estababa empapado de sangre seca. ¿Todo esto lo había hecho Bellamy? Cerberus quiso entrar a la habitación pero ahora era tan grande que no entraba por la puerta. Sin embargo entró otra figura.
—Fue...después de visitarte—Bellamy explicó entrando a la habitación. Lyanna recordó cómo había dejado a Bellamy en cadenas y le había asegurado que ella jamas podría tener hijos. Bellamy se había desquitado bastante bien con la habitación, Lyanna frunció el ceño.
—¿Por que mi broche tiene sangre?—le preguntó mostrándoselo, luego vio en el suelo el libro de la Iliada que le había regalado, estaba algo roto y olía al alcohol de Jasper—. Dioses, ¿te emborrachaste esa noche, cierto?
Él asintió.
—Bueno creo que quedamos a mano—ella dijo viendo la destrozada habitación, vio al chico a su lado—. Ambos le rompimos el corazón al otro. De todas formas aquí no está...
—¿Que cosa?—Bellamy preguntó mientras Lyanna salía de la habitación, caminando en el pasillo con él detrás de ella. La chica suspiró antes de entrar a la habitación que había usado como invernadero, las pocas plantas que habían quedado estaban marchitas y podridas. Fue a una trampilla que tenía la habitación y sacó su arco que le regaló Neón y algunas flechas. Salió de la habitación y llegó a el área común donde todos se juntaban, en una mesa dejó el arco y las flechas, junto con la daga que le había regalado Roan.
Cerbero fue hasta ella, y se encogió siendo mucho mas alto y grande que Lyanna solo para restregar su cabeza cariñosamente contra el estomago de su dueña mientras ella reunia su arco y la daga que el rey le habia dado. Ella sonrió con amor y le rascó detrás de la oreja.
—¿No se comera al niño cuando salga cierto?—Bellamy preguntó y Lyanna lo vio con una mirada mortal, sin embargo se asustó cuando por un momento en vez de Bellamy, vio a Ryder que la veía con esa sonrisa de lado.
—No—ella respondió mientras contaba sus flechas, extrañaba su espada Balerion pero se la había dado a Neón cuando se fue a Arkadia para ir a rescatar a su padre. Por lo que ahora tenía su arco y flechas que había mantenido en su habitación que Diago le había proporcionado, además de la daga que Roan le había dado. Separó las flechas, desde las normales hasta las venenosas y paralizantes.
