«EL PODER ES UNA SOMBRA EN LA PARED Y UNA NIÑA PUEDE PROYECTAR UNA SOMBRA MUY GRANDE»
La vida de Lyanna Valjean no podría ir mejor. Los últimos meses han sido los mejores de su vida con su maravilloso novio y su familia, ocultando también un enorme...
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Lyanna salio rápidamente por su lugar secreto, no tuvo tiempo de ir a despedirse de su padre ni de su tío. Con Pike ahora al mando era un riesgo para ella quedarse allí. Lincoln se aseguró que ella saliera sana y salva; le explicó que Neon la estaría esperando al otro lado, y su Lobo también, Neon la estaba esperando en el bosque, con Cerbero y la yegua plateada, estaba mucho mas palido que de costumbre.
—¿Adonde?—preguntó.
—A ver el desastre —respondió Lyanna.
En cuanto llegaron, ella se bajo del cabello, el olor a podredumbre y descomposición la hicieron vomitar a un lado, se agarro el estomago, todos estaban muertos, todo el ejército estaba muerto, masacrado, sus cadáveres tirados en el suelo.
"Yu gonplei ste odon" Lyanna murmuro viendo a todo el ejercito, siguió camina ando viendo a su alrededor a cada cadaver, estaba tan horrorizada por la muerte que su sangre hirvió, sintio odio, odio hacia Pike, odio hacia Skaikru, odio contra Bellamy, odio contra todos, lo único que quería hacer ahora...era quemar a Arkadia hasta los cimientos.
—No...—Lyanna susurró viendo al pobre chico que estaba con los ojos abiertos sin vida, las moscas revoloteando a su alrededor, el niño que le habia dado las flores Elaenas pero las sola acción había conmovido a Lyanna; Ezequiel, muerto en el lodo.
Lyanna cerró los ojos, comenzando a llorar, sintiendo el vomito subirle por la garganta, ese podría ser su hijo, se imagino a Bellamy ahí, disparándoles junto con Pike y los otros, matando a un chico tan inocente como Ezequiel. Su cerebro le proporcionó la imagen de Bellamy disparándole a este pobre niño, a este dulce niño indefenso que le había regalado flores, que le había confesado que tenía miedo. Ahora con un niño dentro de ella, lo hacía mucho peor. Se tocó el vientre con preocupación pero dio un salto cuando un grito rasgó el aire;
—¡Nomon!—escucho la voz de Neon, Lyanna agrando los ojos y vio a Ezequiel una ultima vez antes de correr hacia Neon, Nomon en el idioma de los terrestres significaba madre, cuando llegó él estaba en el suelo, llorando desconsoladamente, arrodillado sacudiendo una y otra vez a la mujer de cabello rojo fuego, que tenía los ojos cerrados y el cuerpo lleno de sangre, estaba en un charco de su propia sangre, mientras Neón no paraba de llorar rogándole a su madre una y otra vez que abriera los ojos, las lágrimas le surcaban la cara—. ¡Nomon! ¡Nomon!
Él chico comenzó a sollozar mientras acariciaba el rostro de su madre y le daba un beso en la frente, Lyanna le puso una mano en el hombro y él se dio rápidamente la vuelta hacía ella, encogiéndose abrazándola. Mientras ella dejaba que Neón llorara en su cuello y la acariciaba el pelo con cuidado. Lyanna nunca tuvo una madre que la amara; su madera nunca había sido de verdad una madre, había sido un completo monstruo con ella, y aún así Lyanna había sentido un horrible dolor al matarla. No se podía imaginar lo que Neón estaba sintiendo, por qué madre solo había una.
