Capítulo 9

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Mamá Hasibe se asomó no bien vio que Azize venía caminando hacia su casa. Tevfik acababa de irse, le había ido a informar que Cevdet estaría de vuelta de un momento a otro, pero no había querido cruzarse con Azize, todavía estaba dolido de que ella no hubiera advertido de su existencia y estuviera aún de luna de miel con Cevdet...

Azize llegó sonriente y besó la mano de su suegra.

-       Hija... tengo noticias... recién vino Tevfik... Cevdet llegará en cualquier momento...

-       ¿En serio, madre? - dijo Azize con emoción, los días, durante ese mes y medio de ausencia de su marido se le habían hecho interminables.

-       ¿Cómo se te ocurre que bromearía con algo así? Te he visto mirando hacia la ventana tantas veces este último tiempo... espero que las novedades sean buenas y que Cevdet regrese a ti sano y salvo...

-       Yo también, madre... pero estoy segura de que estará bien, porque tiene mi amuleto...- dijo con una sonrisa y la mujer cerró los ojos con placidez.

Hasibe se preocupó por prepararle la tarta de berenjenas, su favorita y Azize limpió y acomodó la casa, no queriendo pensar demasiado para que los minutos pasaran más rápido.

Al atardecer, cuando la puerta se abrió, Azize acababa de convencer a Hasibe de que se recostara un momento porque estaba agotada y algo preocupada.

Bajó las escaleras rápidamente al escuchar ruidos abajo y lo vio entrar, visiblemente cansado.

-       Azize... mi Azize...- dijo él y extendió los brazos para fundirse con ella en un abrazo.

-       Cevdet, mi héroe...- le dijo ella mientras sentía la nariz de él perdida en su cuello, aspirando su aroma.

Se quedaron así, abrazados un rato y luego él separó su cara y fundió sus labios con los de ella, tan ansiosamente que ella se descubrió casi batallando con él para demostrarle que también quería besarlo.

Cevdet la apretó contra su cuerpo y ella lo escuchó jadear placenteramente cuando las manos de ella lo atrajeron aún más, si fuera posible.

-       Dime que mi madre está dormida... por favor...- le dijo entre besos y ella trató de calmarse porque no podía hablar entre la emoción y la intensidad de él.

-       Cevdet...-dijo e hizo una pausa cuando el beso de él se prolongó más y la hizo olvidar de todo lo que quería decirle.

-       Te necesito...- le dijo él y ella asintió.

-       Mamá... ella...- empezó a decir Azize y escucharon la voz de Hasibe que venía desde arriba.

-       Cevdet... hijo...- dijo la mujer y Cevdet apoyó la frente sobre la de ella, buscando reprimirse de seguir besándola.

-       Estaba cansada pero no se durmió...- dijo Azize en voz baja y él asintió.

-       Madre...- dijo Cevdet y subió rápidamente las escaleras para saludarla.

Cevdet besó la mano de su madre y Azize, que estaba detrás de él, sonrió, sabía que su suegra había echado de menos a Cevdet tanto como ella.

-       ¿Tienes hambre? - dijo la mujer mientras acariciaba su cara.

-       En realidad, no... solo... me gustaría... descansar un poco...

-       Pero te hice tu tarta favorita...

-       ¿En serio? - dijo Cevdet y miró a Azize.

-       No te preocupes... - dijo Hasibe comprensiva- Azize, hija... prepárale el baño a tu marido... yo les dejaré algo de espacio para que se reencuentren...

Érase una vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora