Capítulo 11

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Azize sonrió cuando sintió los pasos de su suegra a sus espaldas. Había terminado de hacer la comida, aún en contra de su pedido porque la veía cansada. Cevdet se había ido hacía un par de semanas, pero ella se había acostumbrado a la compañía de mamá Hasibe y trataba de ayudarla lo máximo posible cuando estaba en casa y no tenía que trabajar.

Hasibe la retó un poco por no haberle hecho caso y luego la abrazó con ternura.

Una vez que comieron algo juntas, Azize se fue al hospital a hacer lo que más le gustaba, cuidar a sus pacientes.

Resolvió un par de cosas que había pendientes, había aprendido mucho los últimos meses y se sentía satisfecha. Su trabajo y su vocación se habían transformado en lo más importante para ella, sobre todo cuando estaba sola y no podía dedicarse a su marido.

El médico y la enfermera en jefe la llamaron para hablar con ella y Azize se sorprendió porque nunca la llamaban juntos.

-       Azize... pasa por favor...- le dijo el médico y Azize entró y cerró la puerta del consultorio y oficina de su jefe.

-       ¿Pasó algo malo? - preguntó Azize que era demasiado transparente.

-       No, nada malo... querida- le dijo la enfermera- solo queríamos hablar contigo...

-       Además de felicitarte por los avances que has hecho... queríamos contarte que hemos estado evaluando tus aptitudes...

-       ¿Lo han hecho?

-       Así es...- dijo la enfermera y sonrió- nos complace anunciarte que serás la jefa de las enfermeras...

-       Pero... ¿pasó algo? Ese puesto le pertenece a usted, señora...

-       Lo que la señora Guzel quiere decirte es que llegó la hora de su retiro... ella tiene algunos problemas de salud...

-       Lo siento mucho, señora...- dijo Azize con un gesto de tristeza que la hizo sonreír a su jefa.

-       Hemos pensado en ti para reemplazarme...

-       Pero... tengo otras compañeras que hace mucho tiempo que están... yo llegué hace solo unos meses...

-       Y has demostrado lo que se necesita para manejar las cosas... esto no fue nunca una competencia, pero te has destacado, Azize... y te queremos allí, en ese puesto... ¿consideras que podrás hacerlo? - le preguntó el médico.

-       Por supuesto que sí... esta es mi vocación y serviré todo lo que pueda con tal de ayudar a mis enfermos...

-       Eso queríamos escuchar...- dijo la señora Guzel y Azize sonrió.

-       Espero que también comprendas que además de la responsabilidad, que es muchísima... tendrás un considerable aumento en tu salario...

-       Eso no es necesario... nosotros nos arreglamos bien con mi salario y el de mi esposo...

-       Pero querida, te corresponde, por favor acéptalo...

-       No es necesario... quizá se puede utilizar para comprar insumos... faltan muchas cosas aquí...- dijo Azize y sonrió cuando vio las miradas que intercambiaban el médico y su jefa.

-       Hablaremos de eso en otro momento... ve a seguir tu ronda... haremos una reunión para comunicar su ascenso...

-       ¿Y qué tal una despedida para la señora Guzel? - propuso Azize y la mujer le sonrió-

-       Creo que la fiesta la harán cuando me vaya...- ella sabía que no era popularmente conocida por su buen humor y su comprensión.

-       Oh, no es así...- dijo Azize y sonrió, ella tenía razón- y no se preocupe que continuaré con su legado...

Érase una vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora