Capítulo 40

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Azize sintió que las lágrimas nublaban sus ojos y a los pocos segundos, ya bañaban sus mejillas. No podía evitarlo, la tristeza que sentía era tan profunda que ni el hecho de acariciar con suavidad su vientre, sabiendo que su hijo crecía allí con todo el amor que ella sentía, era suficiente para calmarla...

Cerró los ojos e inspiró hondo. Sintió un leve burbujeo en sus entrañas que seguramente no eran movimientos de su hijo pero que la distrajeron un momento y pudo calmarse un poco, ella sabía que no era bueno deprimirse porque seguramente el pequeño sentía todo lo que le estaba pasando...

Se quedó un momento tranquila, en la oscuridad y ahora soledad también de su cuarto y rememoró lo que había sucedido el último día...

Luego de ese baño en el que Cevdet le había contado lo que realmente sucedía, Azize se enfocó en lo que le parecía la única solución a su problema, intentó convencerlo de que ella era la persona indicada y que para ella no sería una situación de extremo peligro como Cevdet se empecinaba en creer...

Pero durante el desayuno, al día siguiente, Azize se había dado cuenta de que algo no andaba bien, con sólo mirarlo lo había visto dudar...

Lo había seguido hasta el destacamento y discutir acaloradamente con Tevfik...

-¿Qué haces aquí? - le dijo cuando volvía a la casa y la vio salir a su encuentro.

-Te seguí porque estoy preocupada...

-No debes preocuparte... porque cuando te preocupas cometes errores, Azize... no debes ponerte en peligro, piensa en nuestros hijos...- dijo él bastante enojado y ella pestañeó, lo veía desconocido.

-Porque pienso en nuestros hijos es que no quiero que te equivoques, Cevdet... que te vayas y te den por muerto no es la solución... quiero que lo entiendas...

-Azize... no...

-Escucha...- dijo y lo tomó del brazo con suavidad cuando él quiso escaparse y no mirarla- cuando me casé contigo... además de enamorarme, siempre sentí admiración por ti... tú me enseñaste que ser un patriota es lo más importante para nosotros... ahora tengo la oportunidad de servir a mi patria... no podría estar más orgullosa...

-Azize... esto no es tan simple...

-Es demasiado simple... y en el último de los casos, no es solo una decisión tuya, Cevdet... yo quiero hacer esto y encima es la mágica solución que me permitirá tenerte por el resto de nuestras vidas...

-Azize...

-Hablo en serio...

-Escucha...

-Cevdet... no insistas...

-Escúchame, maldición...- dijo tomándola de los hombros y ella sintió que la angustia se apoderaba de ella y comenzó a llorar...- no llores... debes cuidar a nuestros hijos... Ali Kemal y Yildiz te necesitan a su lado... y nuestro bebé también...

-No voy a perderte Cevdet...- le dijo ella y él la soltó, inspiró hondo y caminó hacia su casa.

Azize lo siguió caminando a su lado y ninguno pronunció palabra hasta que llegaron.

Mamá Hasibe advirtió que algo sucedía entre ellos porque conocía a su hijo, pero también porque se dio cuenta de los ojos enrojecidos de su nuera...

Azize hubiera deseado poder contarle para desahogarse, pero supo que sería peor...

Pasaron el día sin dirigirse la palabra y cuando llegó la hora de irse a dormir, ella se cambió, besó a sus hijos y los dejó con Cevdet, que les contó un cuento....

Érase una vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora