Capítulo 37

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Azize sintió un nudo en el estómago cuando el médico la hizo pasar a su consultorio esa mañana. Las nauseas se habían calmado un poco pero la molestia del estómago seguía allí.

-Azize... ¿cómo te sientes?

-Estoy bien, doctor... la presión sigue baja y tengo algunas molestias en el estómago... ahora por ejemplo, pero creo que tiene que ver con mis nervios...

-Lo entiendo... y tienes que cuidarte mucho, Azize... porque estás esperando un bebé... y recuerda que no hace tanto tuviste a Yildiz...

-Es cierto...- dijo mientras sentía que sus ojos se llenaban de lagrimas- ¿no hay dudas? ¿Estoy embarazada?

-No hay ninguna duda, Azize... te felicito...- dijo el médico y tomó sus manos con suavidad. Azize sintió que se debilitaba y el médico la vio palidecer de repente...- ¿quieres que traiga a tu esposo?

-No es necesario, doctor... si usted me lo permite, me quedaré un rato sentada afuera... haciendo alguna tarea administrativa... así no le complico las cosas aquí en el hospital...

-Tu ayuda es invaluble, Azize... pero necesito que te cuides, al menos estos primeros meses... podemos delegar tu trabajo, aquí hay personal de sobra y pueden cubrirte... si quieres quedarte hasta que te repongas, hazlo... pero luego tómate el día, así te repondrás...

Azize le hizo caso al médico y se quedó en la pequeña oficina en donde hacían los trámites para recuperarse, y luego volvió a su casa.

Cada tanto las lágrimas acudían a sus ojos y le recordaban lo feliz que era de estar esperando otro hijo junto a marido...

Pensó en llegar y decírselo, pero quería que fuera especial. Así comenzó a pensar en un plan para lograr su cometido de sorprenderlo...

Llegó a su casa y se quedó jugando un rato con sus hijos... Los niños eran movedizos y Yildiz ya había comenzado a andar por todos lados, aunque todavía no caminaba.

Mamá Hasibe la recibió contenta, estaba preparando la comida y le venía bien que ella se encargara un rato de los niños...

-Madre... ¿acaso sabe si Cevdet tardará mucho?

-Salió a buscar algunas cosas que hacían falta en la casa, supongo que en un momento estará de vuelta...

-Había planeado pasar un rato en la playa con él y los niños... después de almorzar, claro...

-¿Te sientes mejor?

-Estoy mejor madre... no se preocupe...

-Hija... he querido hablar contigo desde hace días... ¿tú no estarás...?

-Madre...- dijo Azize algo sorprendida.

-Ya lo sabía yo... tú y tu marido me llenarán la casa de nietos...

-Madre... por favor... me gustaría darle una sorpresa a Cevdet...

-Se la darás, querida...- dijo la mujer riendo y Azize se acercó.

-¿No está contenta?

-Estoy feliz, hija... ¿cómo no lo estaría? Además, basta con verlos... ese amor... ¿cómo no tendrían un montón de hijos?

En ese momento escucharon la puerta y Azize le hizo un gesto a Hasibe de que guardara silencio. La mujer le sonrió y se dedicó a lo que hacía.

-Mi vida... volviste temprano ¿Te sientes bien? - le preguntó él cayendo en cuenta de que era demasiado temprano.

-Estoy bien... Sehra me debía un día y lo tomé libre...

-¿Quieres hacer algo?

-Mamá Hasibe preparó la comida, pensé que luego del almuerzo podríamos ir a la playa con los niños...

Érase una vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora