Azize sintió un escalofrío recorriendo su espalda luego de cerrar la nota que había recibido. El niño la había encontrado en el hospital y se la había entregado. Ella, al principio creyó que se trataba de alguna novedad sobre Cevdet que se había ido hacía casi dos semanas y no había enviado ninguna carta todavía.
-Yakup...- lo había llamado ella para darle una moneda en retribución, pero el pequeño se había perdido entre la gente...
Se preguntó si Cevdet estaría al tanto de esa nueva misión que le habían encomendado y se dio cuenta de que se enteraría no bien se presentara...
Preparó un bolso al llegar a su casa y luego de escuchar todas las quejas de su suegra, que le dijo, y con razón que estaba poniendo en peligro la vida de su bebé y que Cevdet se enojaría también con ella por no impedir que se fuera, se despidió de sus hijos y se puso en camino hacia lugar del encuentro.
Alguien la tomó del brazo y hubo un instante de vacilación cuando su contacto se percató de su estado.
-Señora Ayse... debo vendarle los ojos para que no sepa nuestra ubicación...
-Hágalo...- dijo ella fingiendo que no estaba nerviosa.
El hombre la trató con relativa suavidad y pronto se sintió en una especie de carruaje... Un rato después comenzó a sentir sueño y se fue quedando dormida.
Se despertó sin poder calcular cuanto tiempo había pasado, con el ruido de unos gritos y se puso en alerta.
Salió del carruaje frotándose los ojos cuando la liberaron de la venda y se encontró frente a frente con un Cevdet totalmente irritado...
-¿Acaso no ven el estado de esta mujer? - dijo a sus soldados.
-Señor... nosotros no lo sabíamos cuando la fuimos a buscar...
-Enfermera A... Ayse... bienvenida...- dijo tratando de suavizar su rabia- por favor sígame...
-Sí, Capitán...- dijo ella con la emoción algo aplacada por la incomodidad de la situación.
Azize lo siguió en silencio, mientras un soldado llevaba su bolso hasta su habitación. Cevdet cerró la puerta dando un golpe fuerte que la hizo sobresaltar a ella y les dio a entender a los demás de que no quería intromisiones...
-¿Qué estás haciendo aquí, Azize?
-¿Yo? ¿No me mandaste a llamar?
-¿Estás loca? No te expondría a algo así, estás cerca de parir...
-¿Entonces?
-Creí que habías pedido para venir...- dijo él nervioso- tengo que sacarte de aquí...
-Cevdet... es peligroso, por algo me quieren aquí...
-Se espera un número grande de gente para atender... no me dijeron que te llamarían a ti... debí darme cuenta antes...
-Ahora ya estoy aquí...- le dijo y trató de sonreír, se alegraba tanto de verlo y tenerlo cerca, aunque conservaran la distancia.
-Sí... sí estás aquí...- dijo y la apretó entre sus brazos, tratando de no lastimarla, porque era tanto lo que la necesitaba cerca que tenía miedo de hacerlo...
-Sentí que habían pasado siglos y solo fueron dos semanas...- le dijo ella al oído cuando él hundió su nariz en su cuello.
-No puedo dejar que te quedes, aunque me duela no verte...
-Escucha, Cevdet... yo confío en que me cuidarás... puedo quedarme unos días... así estaremos a salvo porque no sabemos a quién podríamos hacer enojar.... ¿no crees?
-No, no...- dijo y la besó con intensidad un momento- debes irte...- le dijo sobre sus labios y volvió a besarla.
-Cevdet... por favor, no seas necio... ya estoy aquí...- dijo ella y se mordió el labio, alejándose justo cuando escuchó que alguien tocaba respetuosamente la puerta para entrar.
Cevdet se perdió en sus ojos y ella asintió antes de dejar pasar a quien golpeaba...
-Capitán... señora Ayse...- dijo la mujer cuando entró y Azize la recordó de inmediato.
-¿Cómo está? - le dijo con educación Azize y la mujer asintió.
-Capitán... me avisaron que los heridos están en camino, llegarán en un par de horas... y otros, entre mañana y pasado...
-Hulya... la enfermera Ayse no podrá sola con todo.... ¿acaso usted podría ayudarla?
-Señor... Capitán... yo... digamos que puedo arreglarme... pero la enfermería no es lo mío...- dijo la mujer y Azize asintió.
-No se preocupe Hulya... le prometo que la asistiré...- dijo y la mujer le sonrió.
Los enfermos llegaron y Azize se mantuvo ocupada todo el día... por supuesto Hulya la ayudó y trabajaron juntas hasta quedar rendidas. Azize cenó brevemente con los soldados que estaban de guardia y no pudo ver a Cevdet, que se había quedado trabajando, encerrado en su despacho...
Compartió un rato con el pequeño Yakup, que se había encariñado con ella pero que se resistía a ayudarla en sus tareas de enfermera porque no le gustaba mucho la sangre... aunque quisiera ser soldado... como le había asegurado a Cevdet...
No pudo inventar una excusa válida para verlo a su Capitán y él no la hizo llamar, así que, con un poco de tristeza, avisó que se retiraba a descansar, tenía un profundo dolor de cintura y se acostó sosteniendo su vientre, hecha un ovillo sobre la dura cama que le había tocado en suerte....
Se quedó dormida al poco rato y no escuchó la puerta de su habitación abrirse casi sin hacer ruido.
Se sobresaltó un poco al sentir que una mano cubría su boca y cuando abrió los ojos, aún en la penumbra, se perdió en los ojos azules de su marido...
-Mi vida...- le dijo él en voz bajísima.
-Cevdet...- dijo y le hizo un lugar para que él se recostara y la tomara en sus brazos.
-No he podido salir a verte hoy... pero no podía dejar de compartir un rato contigo y con mi hija...
-Me alegra... aunque es un poco peligroso...
-Lo sé... pero cuento con la ayuda del destino...
-¿Tú crees? - le dijo y él besó la punta de su nariz.
-Estoy seguro, sino mira la hermosa familia que he formado junto a la mujer de mi vida...- dijo y ella lo miró con emoción.
Se besaron largamente y se quedaron par de horas juntos, pero cuando comenzaba a aclarar, Cevdet tuvo que irse, tenía miedo de que alguien lo descubriera y tuviera que dar explicaciones que no podría dar sin decir la verdad...
Azize tuvo que levantarse temprano y se encontró con la noticia de que Hulya estaba con un poco de fiebre y no podría ayudarla.
Trabajó sin descanso durante todo el día y no pudo comer ni tomar demasiado...
Cuando terminaba el único descanso un poco más largo que se había tomado para cenar, Azize se levantó con algo de dificultad para ir a buscar un poco más de agua y sintió que se mojaba los pies.
Miró con terror a Yakup, que se había sentado a su lado, un poco vergonzoso, queriendo algo de amor maternal...
-Por favor, Yakup, pequeño... avísale al Capitán que mi bebé está por nacer...
El niño la miró sin comprender un momento y luego abrió la boca... impresionado...
-Cariño, por favor... necesito que corras hacia su despacho y lo traigas...- dijo con fingida calma- ¿podrás hacerlo?
Yakup asintió y salió corriendo. Azize sintió un escalofrío cuando se dio cuenta de que la única capacitada para traer a su bebé al mundo en ese lugar, era ella...
Bueno, les prometo que seguiré pronto! Gracias por seguir leyendo, espero estar ayudando por ahí a quienes estén necesitando un poco de distracción durante la cuarentena, como sea que cada uno la tenga que cumplir, siempre es mejor quedarse adentro, de ser posible!
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Érase una vez...
ФанфикEsta es la historia de cuando Azize y Cevdet se conocieron. Sencillamente eso, como una especie de etapa previa al comienzo de la novela. Espero que les guste