veintitrés.

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Por Niall:

Una semana había pasado desde que Ella y Josh habían "terminado", una semana en la que hablábamos todas las noches y algunas veces salíamos de compras, Ella sufriendo por él y él disfrutando con otras, caminé hacia el baño para meterme a bañar pues Ella me había pedido que fuera a su casa para ayudarla a pintar su habitación y yo no me había podido negar, "no quisiste negarte" me recordó mi voz y sonreí, tal vez sonaba idiota el hecho de que me iba a bañar cuando iría y me ensuciaría pero no pensaba arriesgarme a oler mal, después de bañarme me coloqué los boxers, jeans viejos y una playera blanca, me coloqué mis tenis y bajé tomando mis llaves, caminé hacia la camioneta y conduje hasta la heladería pues por haber aguantado menos la respiración debajo de la alberca me había tocado comprarlo, después de comprar pistache y vainilla con nuez me dirigí hacia la puerta, timbré en la puerta y escuché a ella gritar un "pasa", giré la perilla encontrándola abierta y sonreí entrando.

—¡Dejaré el helado en el congelador! –grité y caminé hasta la cocina dejándolo, caminé hacia la escaleras escuchando cada vez su voz más cerca, estaba cantando, sonreí y caminé en silenció hasta la puerta.

—¡Estoy en mi habitación! –gritó y me asomé en la puerta, sacó su blusa y mis ojos se abrieron, su espalda desnuda dejando a la vista las curvas de su cadera y cintura, tragué saliva y negué alejándome ante el sentimiento de acosador que me abordó, tomé una respiración profunda y reacomodé mis pantalones, ¿Cuántos años tenía? ¿13?, caminé hasta la puerta y toqué.

—Adelante –dijo y entré encontrándola abrochando sus jeans, "pudiste haber visto...", —¿te duchaste? –preguntó interrumpiendo mis pervertidos pensamientos.

—Sí, tenía calor así que... –mentí y asintió, —¿de qué color pintaremos? –pregunté.

—Amarillo, así por el día se verá muy vivo –indicó y asentí, se colocó sus converse y encendió su iPod dejando que la música llenara la habitación, ningún mueble se encontraba pues el día de ayer sacamos todo, tomamos las brochas y comenzamos con nuestra tarea.

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Tres horas más tarde las paredes estaban amarillas y sonreí acercándome a ella, pasé mi brazo sobre sus hombros y recargó su cabeza en mi pecho abrazando mi cintura con el suyo, —hicimos un buen trabajo –dijo y asentí de acuerdo.

—Y no terminamos tan sucios -señalé y sonrió asintiendo, se giró y fruncí el ceño, —espera, tú tienes una gran mancha amarilla en tu trasero –dije y sus ojos se abrieron, se giró mirando sobre su espalda preocupada.

—¿Dónde?

—Aquí –dije y pasé la brocha sobre su bien formado trasero, sus ojos se abrieron y me miró sorprendida.

—¡Niall! –gritó como niña pequeña y reí, tomó su brocha y la pasó por mi rostro, mi boca se abrió y ella soltó una carcajada, intenté volverla a pintar pero salió corriendo de la habitación, reí y dejé la brocha sobre el bote bajando detrás de ella.

—¡Ella! –la llamé.

—¡Cocina! –respondió y corrí hacia allí encontrándola con los botes de helado en sus manos, —¿nos vamos al patio? –preguntó y asentí, tomé dos cucharas y caminé detrás de ella, nos sentamos en el pasto frente a frente, me entregó el de nueve con nuez y ella se quedó con el de pistache esta vez, —muchas gracias –dijo y la miré extrañado, —por estar conmigo, por ayudarme, por todo –explicó y negué.

—No tienes que agradecer nada Ella, sabes que me encanta pasar tiempo contigo –aseguré y sonrió.

—Me gusta que pases tiempo conmigo –aseguró y sonreí, tomó una cucharada de helado y la llevó a sus labios, sus ojos se cerraron mientras ella dejaba salir un gemido de placer, pasé mi lengua por mis labios y desvié la mirada de ella sintiendo como algo reaccionaba bajo mis pantalones, —¿quieres probar? –preguntó y asentí, tomé mi cuchara y cunado levante la mirada encontré su cuchara llena de helado para mí, sonreí y abrí la boca adueñándome del contenido de esta, sonrió y la llevó a sus labios limpiando lo que yo dejé, tomé una cucharada del mío y la lleve a sus labios tragando saliva sonoramente cuando su reacción fue exactamente igual a la de su primer cucharada, —en dos semanas comienza el tour, ¿estas emocionado? –preguntó y suspiré.

—No lo sé –admití, —Me la he pasado muy bien aquí –señalé, —estas tres semanas han sido increíbles –asintió, —sé que tu cumpleaños es en 2 meses –dije y asintió sonriendo feliz.

—Y estas completamente invitado a comprarme un pastel –dijo con diversión, —de verdad, espero que vengas –agregó con más seriedad y sonreí.

—No me lo perdería –asegure y sonrió, dejó salir el aire y mordió su labio.

—Te voy a extrañar mucho –susurró y sonreí, llevé mi mano hacia la suya y entrelacé nuestras manos.

—Vendré a visitarte siempre que pueda –aseguré y sus ojos brillaron.

~~~

Después de pedir comida italiana y comer me despedí no sin antes prometerle volver al día siguiente para ayudarle a meter sus muebles a la habitación

—Hasta mañana por la tarde –dijo y asentí, pues sería lunes y ella asistiría a la universidad.

—¿Quieres que pase a recogerte? –pregunté y asintió a prisa

—Será genial –dijo y sonreí feliz, besé su mejilla y caminé hacia la camioneta, agité mi mano en despedida y conduje hasta casa de Josh.

—¿Dónde estabas hombre? –preguntó Josh con voz arrastrada

—¿estas borracho de nuevo? –pregunté sorprendido y me miró mal antes de subir hasta su habitación, negué y me apresuré a subir a mi habitación, tomé mi ropa y una toalla para entrar a bañarme, al salir mi celular sonó y salté sobre la cama sonriendo al ver el nombre en la pantalla, —hey –dije alegremente.

—¿Qué haces? –preguntó y sonreí.

—Pienso en ti –admití y la escuché reír.

—¿no pudiste quitarte la pintura de la cara? –bromeó y reí

—En realidad creo que el amarillo es mi color –dije y me giré quedando con la mirada hacia el techo.

—No, definitivamente es el azul –aseguró ella y sonreí.

—¿de verdad?, no lo sabía –dije y la escuché suspirar, —¿Qué haces? –pregunté.

—Nada, acostada en la cama solamente –dijo y sonreí.

—¿Sola?

—Sola

—Sola no es divertido –susurré con voz ronca

—¿estas seduciéndome Niall Horan? –preguntó con diversión.

—¿Eres seducible? –pregunté y la escuché reír.

—Tal vez –dijo y sonreí, ¡ella estaba coqueteando conmigo también!, —Niall tengo que irme –dijo de pronto y antes de poder despedirme la llamada terminó, sonreí, ella estaba coqueteando conmigo.

N/A: ¿Que les parece la historia hasta ahora?

Déjame conquistarte♥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora