treinta y cuatro.

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Por Ella:

Mi corazón latía con fuerza, mis piernas comenzaban a fallar y mis labios seguían hormigueando ante el recuerdo de los suyos sobre estos, estaba mal, estaba mal estar con Niall cuando acababa de terminar una relación, estaba mal estar con Niall cuando él era amigo de Josh, estaba mal estar con Niall cuando él era Niall Horan y yo solo Ella Sandoval, estaba mal estar con Niall porque yo no estaba preparada para estar con nadie, ¿entonces porque se sintieron bien sus labios sobre los míos?, ¿Por qué se sintió bien su caricia en mi rostro?, ¿Por qué se sentía bien estar a su lado?, dejé salir el aire y maldije, el olor a leche quemada llegó a mi nariz y dejé salir una maldición mientras corría hacia la cocina, el líquido estaba tirado en toda la parrilla y tiré una patada a esta.

—¡Que te den! –grité furiosa y cerré la perilla cortando la lumbre, tomé las manillas de algodón y llevé la hoya al fregador tirando el resto de leche, —¡¿Qué te hice ah?! –gruñí mirando el cielo, —¿Por qué te diviertes conmigo? –gruñí de nuevo y negué, tomé el trapo y comencé a limpiar el desastre que se había hecho, mi celular sonó y corrí hacia la sala golpeando mi rodilla en la sala, —¡CARAJO!, ¿Qué? –gruñí al teléfono.

—Erm... yo... ¿es un mal momento? –la voz de Niall me hizo sonrojar.

—No, no... no, está bien, ¿Qué sucede? –pregunté tratando de sonar normal, tragándome los nervios y el dolor en la rodilla.

—Yo... solo quería saber si... ¿estamos bien? –preguntó mordí mi labio.

—Yo.. bueno... supongo –dije confundida y dejé salir el aire.

—Oh...

—Sí, quiero decir, si –agregué a prisa, —solo olvidémoslo ¿quieres? –pedí y guardó silenció, no, no quiere, mordí mi labio y volví a hablar —¿Qué haces? –pregunté cambiando de tema.

—Voy a darme una ducha y después iré a comprar la cena –explicó y asentí, —¿quieres venir a cenar conmigo? –preguntó de pronto tomándome por sorpresa.

—Yo... bueno.... –dudé, "¡solo dile que sí!" pensé y suspiré, —de acuerdo, ¿en 20 minutos?

—En 20 minutos estará perfecto –aseguró y asentí.

—Bien, nos vemos entonces –dije y colgué, corrí hacia mi habitación y entré al baño, después de una ducha rápida me coloqué unos jeans desgarrados y una blusa a tirantes con una chaqueta sobre esta, me puse mis botines con tacón y me miré en el espejo, no lucía demasiado arreglada para no darle la idea de que me arreglé para él, aunque en realidad así fue, él no tenía por qué saberlo, dejé que mi cabello cayera de forma natural en mi espalda y coloqué un poco de brillo labial, el timbre de la puerta sonó y corrí hacia allí, me detuve antes y tomé una respiración profunda, caminé con tranquilidad y abrí la puerta –Hola –dije y sonrió mirándome de pies a cabeza.

—Te vez hermosa –declaró y agaché mi cara cuando sentí que mis mejillas ardieron, ¡¿Por qué me sonrojaba?!

—Gracias –murmuré y lo miré de nuevo, su sonrisa era amplia haciéndome sonreír por inercia, —tú también te vez bien –aseguré y como si fuera posible su sonrisa se amplió más.

—Me alegra que te guste, me arregle para ti –soltó con casualidad sin darse cuenta lo que sus pequeñas acciones causaban en mí, "¡NO!", repitió con rapidez mi voz interior, suspiré y me encogí de hombros.

—¿A dónde iremos a cenar? –pregunté y sonrió.

—En realidad es sorpresa –dijo y sonreí sintiéndome estúpidamente emocionada, ¿Qué tenía? ¿5 años?.

—No me gustan las sorpresas –mentí y una carcajada salió de sus labios.

—Avísale al brillo en tus ojos –dijo y su mirada bajó a mis labios, formé una sonrisa enorme y me apresuré a salir de casa.

—¡Vamos entonces! –dije y él camino detrás de mí, subimos a su camioneta y sonrió antes de arrancar, —¿A dónde iremos? –pregunté y rió.

—No te lo voy a decir –aseguró y rodé los ojos, —aunque pongas los ojos en blanco –señaló y lo miré mal, —aunque me mires así.

—¡Ya entendí! –protesté, —¡no me lo dirás! –dije y sonrió con auténtica diversión, —¡deja de burlarte de mí! –me quejé y suspiró negando.

—No me burlo de ti –aseguró, —es solo que... tu humor es contagioso –dijo y sonreí quedándome en silencio, al llegar al pequeño pero elegante lugar mis ojos se abrieron, Niall se apresuró a bajar para abrir mi puerta y sonreí agradecida ante su caballeroso gesto, —¿te gusta? –preguntó y asentí sin despegar mi mirada del lugar, la fachada era sencilla pero bien hecha, el color caramelo me hizo sonreír, el joven tomó las llaves y se llevó a estacionar el auto, —el sábado que regresamos de Manchester pasamos por aquí, vine el domingo a cenar y es un lugar muy cómodo –explicó mientras que con su mano en mi espalda me hacía caminar, fuimos escoltados por un hombre hasta nuestra mesa y nos dejó el menú, —la sopa de elote es muy buena –señaló Niall y asentí concentrando mi mirada en la carta, buscando algo que fuera verde y sin grasa, "no puedes pedir carne cuando luces de esa manera" había dicho Josh siempre que me llevaba a comer fuera.

—Pediré una ensalada –dije y Niall me miró como si hubiese dicho que maté a alguien, —¿Qué? –pregunte sintiéndome incomoda ante su mirada.

—¿Por qué vas a pedir una ensalada? –preguntó y mordí mi labio, si le decía la verdad me daría un gran sermón y seguro terminaríamos peleando, así que me encogí de hombros y forcé una sonrisa.

—Desde la tarde traía antojo de una, creí que aquí no habría pero las hay –dije y me miró fijamente, estudio mi rostro buscando cualquier cosa para poder desmentirme pero se rindió y asintió.

—Bien, bien –aceptó, —serán dos ensaladas –dijo y lo miré extrañada.

—¿Vas a comer ensalada? –pregunte y asintió.

—No voy a dejarte sola en esto –aseguro y reí.

—Solo es ensalada Niall –declaré y se encogió de hombros, negué con diversión y cuando el camarero regreso a tomar nuestra orden miró extrañado a Niall pero asintió y se fue por ello, —¿Qué fue eso? –pregunté confundida.

—¿Qué? –respondió de la misma manera.

—La mirada del hombre –dije con obviedad.

—Supongo que me recuerda –dijo y sonrió, —la última vez que vine pedí, filete, pan, carnes, sopa y postre –explicó.

—¿Te estoy cohibiendo? –pregunté y negó.

—Estoy tratando de impresionarte –dijo y reí.

—¿Dejando de comer?

—No, diciéndote todo lo que como –agregó y entonces una carcajada salió de mi garganta llamando la atención de todos que me miraban con diversión.

—Lo siento –susurré y me encogí de hombros

—¿te diste cuenta? –preguntó mirando alrededor y seguí su mirada sin entender de que hablaba.

—¿De qué? –pregunté.

—¡De eso!

—¿Qué?

—Que los pusiste de buen humor –señaló, —así eres de especial Ella Sandoval, cambiaste el humor de todos en este lugar solo con tu melodiosa risa –dijo mirándome con tanta intensidad que sentí la admiración dentro de sus palabras en cada rincón de mi ser, —nunca dejes de reír Ella –pidió en tono más serió, tragué saliva sin saber que decir, ¿Por qué cuando estaba con él simplemente no encontraba que decir?, ¿Por qué me había quedado sin palabras?, ¿Por qué no sabía cómo reaccionar ante sus cumplidos?, ¿Qué estaba mal conmigo?, los últimos años no hacía nada que no fuera pelear con Josh, mis sentidos solo estaban listos para ello, para responder al ataque, pero Niall no lo hacía, Niall no atacaba, Niall me ayudaba, me apoyaba, y eso me asustaba, porque no podía enamorarme, no de nuevo.

Déjame conquistarte♥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora