veinticinco.

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Por Niall:

Sonreí cuando vi a Ella salir del brazo de su mejor amiga, su mirada encontró la camioneta y sus mejillas se sonrojaron, ¡ella recordaba los mensajes!, ambas caminaron hacia la camioneta y bajé el vidrio para verla, —Hola –dije y sonrió mordiendo su labio, ¡debía dejar de hacer eso!

—Hola –respondió, —¿podríamos darle un aventón a Jess a la parada del camión? –preguntó y negué, sus ojos se abrieron al igual que los de su amiga.

—Pero podemos llevarla a su casa –aseguré y sonrió relajada, —¿está bien para ti Jessica? –la morena sonrió.

—Está perfecto –aseguró y miró a Ella y después me miró a mí, —y puedes decirme Jess –aseguró y la castaña alzó una ceja, —arriba entonces –dije y ambas subieron.

—¿Si puedo decirte Jess es porque te agrado? –pregunté con diversión.

—Oh tal vez solo porque me molesta Jessica –dijo y la sonrisa se borró de mi rostro, Ella soltó una carcajada escandalosa haciendo que me sorprendiera, —Pero sí, me agradas, aunque creo que él hecho de que cantes en mi banda favorita ayuda –dijo y reí.

—¿Entonces si te consigo boletos para el concierto tendría tu total aceptación? –pregunté y sus ojos se abrieron, abrió la boca emocionada pero se obligó a tranquilizar.

—Supongo que sería un buen comienzo –dijo con voz serena y solté una carcajada haciéndolas reír también.

—Entonces tómalo por hecho –aseguré y sonrió.

—Entonces nos vemos allá –dijo y asentí.

—A la izquierda- dijo Ella y asentí girando en la dirección señalada, —es en la última casa –dijo señalando una rosa y asentí de nuevo, después de parar Jess bajó del auto y se paró en mi ventana.

—Gracias por traerme –dijo y negué.

—No es nada –aseguré y sonrió asintiendo.

—Nos vemos mañana –dijo hacia la muy sonriente chica a mi lado y esta asintió, cuando Jess entró a su casa me giré para ver a Ella, —¿a casa? –pregunté y asintió, encendí la camioneta y conduje hasta allí.

—¿Comiste? –preguntó dirigiéndose a la cocina.

—No, ¿me darás de comer? –pregunté y sonreí cuando la sentí tensarse.

—Tengo espagueti a la boloñesa –dijo y reí.

—Eso estará bien –aseguré y asintió, metió el plato en el horno y se giró para verme, —iré a ponerme algo más cómodo –señaló y asentí, asintió y sonrió, —ya vuelvo –dijo y corrió, sonreí y tomé una respiración profunda llenado mis pulmones de su perfume. Cuando Ella bajó los platos estaban servidos en la mesa y me miró sorprendida.

—¿No quemaste la cocina y decidiste evitar que viera no? –preguntó y reí.

—Me atrapaste –dije y sus mejillas ardieron, caminó hasta su lugar y corrí la silla para que se sentara, sonrió y me senté a su lado, —¿Qué tal tu día? –pregunté.

—En realidad bastante tranquilo –dijo y asentí indicando que la escuchaba, —los maestros fueron muy relajados y no hay tareas –festejó y reí.

—Creí que eras de las que hacían tareas –dije y sonrió.

—Tengo mis momentos de rebeldía –dijo y sonreí.

—No tengo ni la menor duda sobre ello –aseguré y sus ojos brillaron, la comida pasó en silencio y miradas cómplices, ambos sabemos lo que sucedió y ninguno habla de ello, cuando terminamos nos posamos de pie caminando hacia la cocina para lavar los trastes y después nos dirigimos a la planta alta para comenzar a meter los muebles a su habitación.

Después de terminar nos detuvimos a mitad de esta y sonreímos, —creo que se ve bien –dije y asintió feliz.

—Se ve viva –señaló y sonreí asintiendo contento, —muchas gracias por ayudarme Niall –susurró y negué, llevé mi mano a su rostro retirando un mechón de cabello que caía rebelde sobre su cara, entonces sin poder evitarlo uní nuestros labios, sus manos subieron a mi cuello y sonreí rodeando sus caderas con mis manos, mi lengua comenzó a pedir entrada pero se separó inmediatamente y me miró negando, —no –dijo y llevó su mano a su boca.

—No estas con Josh –le recordé y me acerqué a besarla de nuevo, sus labios me respondieron con la misma emoción que los míos ponían y sonreí, sus manos se apretaron en puños en la tela de mi camisa y sonreí, pero ella se volvió a separar negando, suspiró y pasó su mano por su cabello, me miró y dejó salir el aire.

—¿Soy tu premio de consolación? –preguntó y mi ceño se frunció.

—¿De qué hablas? –pregunte confundido.

—Como Bella no te hace caso ¿intentaras conmigo? –preguntó y mis ojos se abrieron.

—¿realmente crees que yo haría algo así? –pregunté sin poder evitar sentirme ofendido.

—Yo.... –dudó unos momentos y suspiré negando.

—Conocí a "Bella" –dije haciendo comillas con mis manos, —en una fiesta de caridad en Dublín, Ella usaba un hermoso vestido blanco con unos tacones altos, un antifaz negro y cabello suelto, jamás vi su rostro pero jamás dejé de pensar en su sonrisa, en su risa, en sus ojos, ¿Cómo olvidarlos cuando son los más hermosos que había visto? –pregunté y sus ojos se abrieron, Ella lo recordaba.

—Yo...

—Sí, tú –dije y su boca se abrió, suspiró y negó.

—Nosotros solo podemos ser amigos –dijo y asentí reprimiendo una risa irónica.

—Tengo que irme –dije y sin esperar a que dijera nada salí, me sentía idiota, me sentía estúpido, me sentía solo, me sentía roto, quería gritar, golpear algo, quería quemar el mundo por hacerme esto, ¿amigos?, ¡un carajo!, denle hiervas a los carnívoros.

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Tres horas después de dejar la casa de Ella comenzó a marcarme y no había tenido los pantalones suficientes para responderle, no quería escuchar la maldita palabra que me había condenado de nuevo, no estaba listo aun, necesitaba más tiempo, unas horas, días, años, ¿una nueva vida?, sí, eso sonaba bien.

#N/A: Oh, oh, solo amigos..

Déjame conquistarte♥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora