treinta y tres.

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Por Niall:

Una semana había pasado, una semana desde que ella había terminado con Josh, una semana en la que habíamos pasado todas las tardes juntos, una semana en la que hablábamos todas las noches hasta tarde, una semana en la que me había encargado de hacerla feliz, una semana que solo dejaba una semana más para poder hacer que se fijara en mí, una semana para salvarla, una semana para conquistarla, tomé mi chaqueta y bajé frente a su casa, corrí cubriéndome con ella la lluvia que comenzaba a caer y grité su nombre, la puerta se abrió y ella me recibió con una sonrisa en su rostro, sus brazos me rodearon y besó ambas de mis mejillas.

—Debiste esperar a que saliera con el paraguas –dijo y negué.

—Solo es agua Sandoval –dije y sonrió mordiendo sus labios, durante los últimos días habíamos comenzado a llamarnos por nuestros apellidos, cosa que me parecía jodidamente sexi pues, si me gustaba escucharla pronunciar mi nombre, que me llamara por mi apellido era simplemente placentero.

—Hablé con Sam, se ha quedado muda cuando le dije que lograste conseguirles pases al Backstage para ella y su mejor amiga –dijo y sonreí asintiendo, cerré la puerta con mi pierna detrás de mí y la miré con diversión.

—No puedo negarle nada a su hermana –declaré y se sonrojo, —¿Qué haremos hoy? –pregunté y se encogió de hombros.

—Quería que fuéramos al parque pero está lloviendo –señaló.

—En realidad ya se quitó –dije asomándome por la ventana y corrió a mi lado, aplaudió feliz y reí, ¿Por qué Josh no pudo jamás hacerla feliz?, ¡era sencillo!.

—¿Entonces vamos? –preguntó y tomó sus llaves, asentí y caminé detrás de ella, —¿emocionado por volver al escenario? –cuestionó mientras caminábamos hacia el parque.

—En realidad... no estoy seguro –dije y frunció el ceño.

—¿no extrañas ver a tus fans bailar sus canciones?, ¿cantarlas a todo pulmón?

—Si, por supuesto –aseguré, —pero voy a extrañar esto –dije y su mirada sorprendida se encontró con la mía, mordió su labio y regreso la vista hacia el frente en silenció.

—¿haber quién gana el columpio? –preguntó cambiando el tema y asentí.

—Uno –dije y entonces ella corrió haciéndome reír, corrí detrás de ella pero a paso ligero dándole la oportunidad de ganar.

—Perdiste –dijo y reí, —te toca empujarme –señaló y sonreí asintiendo, tomé las cadenas con mis manos y caminé hacia atrás, después la empujé y sonreí, cuando regresó hacia mi empujé su espalda una vez más lanzándola hacia adelante, dejándome llevar por la tentación cuando volvió hacia mi empujé desde una zona más baja escuchándola reír.

—¡Niall! –se quejó riendo.

—Lo siento –mentí y negó con diversión, cuando ella comenzó a empujarse me senté a su lado y comencé a balancearme.

—Niall.... –susurró y la miré.

—Dime –pedí y se encogió de hombros, mordió su labio y abrió la boca para hablar cuando el agua comenzó a caer a cantaros, —¡mierda! –gruñí y ella soltó una carcajada, esperé que bajara del columpio y se echara a correr hacia un lugar donde estuviera a salvo más sin embargo se quedó y continuó balanceándose en el columpio con una enorme y hermosa sonrisa en su rostro, —vamos a morir de neumonía –señalé y sonrió encogiéndose una vez más de hombros, minutos después el agua comenzó a aumentar y aunque estábamos divirtiéndonos tuvimos que bajar del columpio y correr hacia su casa.

—E...e...esta helado –dijo y reí pasando mis brazos sobre ella subiendo y bajando tratando de darle calor, aunque estando mojado, no ayudaba en mucho, —será mejor q..que.. nos cambiemos, t..te... prestaré algo –dijo y reí.

—¿tienes un vestido que convine con mi tono de piel? –pregunté y ella soltó una carcajada.

—Creó que algo encontraré –aseguró y corrimos hacia su habitación, me lanzó una toalla y tomó otra para ella, sacó un pans de lana y lo lanzó en mi dirección, después una playera con las orejas de Minie Mouse.

—¿Enserio? -pregunté alzando una ceja y sonrió divertida.

—Combinará con tus ojos –se burló y la miré mal, me dio la espalda y tomó algo de un cajón para después tomar lo que parecía su pijama y entrar corriendo hacia el baño, reí y negué sacando mi camisa para secar mi pecho y brazos, bajé mis jeans junto con mi ropa interior y sequé mi trasero y piernas, me coloqué el pans que Ella me prestó y me quite los zapatos y calcetines

—Ella dame tu ropa para llevarla a la secadora –pedí detrás de la puerta, esta se abrió un poco y me la pasó, sonreí y me apresuré a caminar hacia el cuarto de lavado, llevado por la curiosidad busque entre su ropa en busca de la ropa interior.

—No te la di –dijo Ella detrás de mí haciéndome saltar,

—¿Perdón? –pregunté asiéndome el desentendido.

—Mi ropa interior niall, no te la entregué –dijo con obviedad, sonreí y me encogí de hombros.

—Como sea –dije y sonreí sintiéndome estúpido, lancé la ropa a la secadora.

—¿No llevas ropa interior? –preguntó alarmada y sonreí.

—¿Estás viendo mi trasero? –pregunté cruzándome de brazos.

—Bueno, tú tocaste el mío –se defendió y reí.

—Estaban mojados, podría enfermarme –señalé y llevó sus manos a sus ojos haciéndome reír.

—Vamos, prepararé chocolate –dijo y se giró, caminé detrás de ella hacia la cocina, —¿te gusta el chocolate? –preguntó, sonreí y caminé hacia ella poniendo mis manos a ambos lados de sus caderas.

—Si.... Me gusta –susurré en su oído sonriendo al sentirla temblar, —pero me gustas más tu –aseguré y se giró mirándome a los ojos, me separé un poco dejando que se girara quedando frente a mí.

—Niall.... –y antes de que pudiera quejarse mis labios tomaron los suyos, sus manos se posaron en mi pecho en un intento por separarme que terminó convertido en ella tocando mis pectorales, yo disfrutando de su toque, mis manos tomaron sus caderas y sonreí cuando ella se acercó más, entonces de un momento a otro ella se separó y me miro a los ojos, —no –susurró y negó, —Niall no puedo.... –dijo mordiendo su labio.

—Si –la interrumpí, —si puedes –aseguré, —Déjame mostrarte el lado bueno de las relaciones Ella –pedí mirándola a los ojos, —Déjame curar tus heridas, déjame salvarte..

—Niall..

—Déjame conquistarte –pedí y suspiró

—Ha dejado de llover –susurró y fruncí el ceño, —creo que es tiempo de que te vayas –y entonces desapareció.

Déjame conquistarte♥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora