Capítulo 9 [Único]

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Ain't no other like my baby,
I can break the golden rule

'Cause I get down on my knees,
Oh, I pray that love won't die

And if I always try to please...
I don't know the reason why, yeah

"I'm gonna crawl" (Led Zeppelin)

Sherlock bajó del taxi un par de cuadras antes solo por precaución, si alguien lo había seguido, aprovecharía la caminata hasta la casa del rubio para atacarlo. Por suerte no había sido necesario, llegó sin problemas, excepto por el notable bulto en sus pantalones. Todo el camino en el taxi se había dejado llevar por lo recuerdos de su encuentro improvisado con John en el laboratorio, su memoria almacenaba tan bien sus vivencias que prácticamente tuvo que obligarse a parar con ello porque las ganas de tocarse lo estaban tentando. Ahora, con su condición actual, era claro que escalar la pared de la casa sería jodidamente incómodo, así que simplemente tomó varias piedrecillas del jardín y las empezó a lanzar a la ventana de John.

John abrió sus ojos lentamente mientras sentía su ropa terriblemente apretada por sus movimientos mientras dormía, por eso prefería siempre dormir desnudo. Dirigió su mirada a su reloj, pero antes de enfocar su vista, un sonido, al parecer el mismo que lo despertó, le hizo voltear hacia su ventana. Casi al instante vio algo muy pequeño chocar contra el vidrio. Sonrió divertido, sabía perfectamente quien estaba abajo esperando a que él aparezca.

Sherlock arregló disimuladamente su miembro por encima de su saco mientras esperaba a que el rubio asomara su cabeza por la ventana, si la técnica de las piedrecillas no funcionaba tendría que llamarlo y no quería hacerlo ya que pretendía sorprenderlo, además, lo más probable era que John tuviera apagado el teléfono. Y nuevamente, quería evitar tener que trepar la maldita casa estando en ese estado.

Tomó otra piedrecilla y cuando estuvo a punto de lanzarlo, John apareció para abrir su ventana. Le sonrió divertido cuando sacó la cabeza casi por completo.

— ¿Qué se supone que estás haciendo aquí? — susurró ligeramente alto el rubio

— ¿No es obvio? — Sherlock sonrió

—Pudiste avisarme para encontrarnos, idiota—

—Quiero hacer el amor contigo—

— ¿Qué...? ... Baja la voz, te van a escuchar—

Sherlock no pudo evitar reír divertido, John se había ruborizado y podía notarlo desde ahí abajo.

—Abre la puerta, John, hace frío—

El rubio rogó en secreto que ningún vecino esté presenciando la escena "a lo princesa" que pasaba con Sherlock, especialmente con lo poco que le importaba al rizado el ser tan sincero... o descarado. Cerró la ventana y sacó las llaves de su mochila, la puerta de su habitación era jodidamente ruidosa, por lo que tuvo que tomarse su tiempo para abrirla.

Al salir, aprovechó el piso alfombrado para apresurarse a bajar las escaleras de dos en dos sin hacer ruido, su corazón latía rápidamente expectante por lo que sabía que ocurriría esa noche. Aunque esa sería la primera vez que estaría con un chico, John realmente no se sentía nervioso, por el contrario, no veía el momento de tener a Sherlock enredado con él entre las sábanas.

Sherlock tiró el resto de piedrecillas y sacudió sus manos, saltó la pequeña reja y caminó hasta la puerta, se sentía muy ansioso, estaba seguro que apenas esa puerta sea abierta se encargaría de devorar los labios de John enseguida. Así que, luego de casi un largo minuto, la puerta empezó a sonar, seguro tras seguro eran abiertas hasta que finalmente la figura de su amante apareció frente a él.

Heartbanging [Punklock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora