El desastre convirtiéndose en caos.

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Sucedió todo lo que había anticipado y no quería. Quieren manipularnos y dañar algo hermoso que aún, de alguna manera persiste. Desean hacernos trizas y pisotearnos, mientras no sentimos culpa. Sin cual no hay responsabilidad. Siento que debemos correr a resguardar todo lo que significa para nuestra historia, tu no deseas deshacerte de algunas cosas y no te culpo es como si destruyeras una parte esencial de ti, de mí y de nuestra historia. Es como si me ahogara aunque flote en mi tranquilidad aferrada a mi ideología de que lo que se disfruta y te da placer no es malo menos cuando es mutuo. No me gusta la sensación de agitación y anticipación que me frustra y enferma yo no quería esto. Y sí, lo sé, son las consecuencias de nuestro hermoso desastre. ¿Cómo algo tan hermoso y placentero puede causar tanta envidia? Lo que se dio de manera natural no puede recrearse de manera forzada y mientras intenten destruirla se vuelve más fuerte, como un maldito virus letal. Me vale verga todo cuando soy una fiera que defenderá lo que fue suyo a toda costa, sin importarme a quién me lleve por delante. Puedo convertirme en otro desastre natural para proteger, cuidar y resguardar algo que es importante y significativo para mí. Respiro profundo y doy gracias a mi intuición por prevenirme, por prepararme con un frente contundente y preciso. Vuelvo a respirar, ya que consumo el doble de oxígeno y sonrío al recordar tus palabras al teléfono, al sentir de nuevo esa sensación de placer puro dado por la simplicidad de una conexión ancestral. Abrazo con fuerza nuestro recuerdo en mi intento por no olvídalos, por no hacerlos a un lado, como si fuera una opción factible. Me molesta el hecho de saber y reconocer que te equivocaste, que saber que te equivocaste y no sabes cómo salir de esa costumbre en forma de efecto placebo. Y me molesta más el hecho de que soy consciente que te esperaré con los brazos abiertos cuando te vuelvan a romper el corazón. Dame una hora en tu mente para recolectar todo lo que no te has atrevido a decir, todas las fotografías mentales de mí y además la información clasificada de cómo te hago sentir, para deleitarme con todo aquello, mientras estas con tu decisión de vida. El presagio de nuestra historia es más poderoso que nada de lo que en algún momento pudimos adivinar...

En la memoria de mis sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora