Me declaro culpable y estoy dispuesta a pagar mi condena.
Me declaro culpable de haberme permitido verte, observarte y detallarte más de lo que era necesario o estaba permitido.
Me declaro culpable de irme tantas veces con mis sentimientos a flor de piel abrazados a mi piel, ocultos para que no los vieras y terminaras por querer conocerlos.
Me declaro culpable por dejar las puertas y ventanas abiertas sin ningún tipo de restricción, para que te refugiaras, te instalaras y dispusieras de todo lo que necesitabas.
Me declaro culpable de no poderte límites, no saber decirte que NO; de pensar que ya te ataban demasiadas sogas y te retenían tantas manos, que yo deseaba ser un soplo de aire fresco entre tanta desolación.
Me declaro culpable de ponerte en lo más alto, cuando siempre insistente tú decías que no era ahí donde deberías de estar, terca yo que creí que era solo un capricho tuyo disfrazado de humildad.
Me declaro culpable por recibir cada una de tus balas perdidas con la ilusión de que lamieras mis heridas.
Me declaro culpable por haberte herido como el gato malherido que fui en aquel Marzo, después de haber tocado el cielo al besarte aquella madrugada fría de Febrero.
Me declaro culpable por sonreír a la cercanía de tu cuerpo, al abrazo de tus palabras y la brisa fresca de tu mirada.
Me declaro culpable por mentirme todas las veces que te he dicho "está bien" cuando no lo está., aunque me encanta pensar que algún día así será.
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En la memoria de mis sentimientos
Historia CortaEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa