Ella lo dijo primero a través de un correo que me voló la cabeza.
Ella lo dijo primero entre líneas en varias ocasiones.
Ella lo dijo primero llenándose de valor después de un darse cuenta.
Ella lo dijo primero pero yo lo sentí antes, mucho antes.
Ella lo dijo primero aunque yo ya se lo había dicho, se lo había gritado mentalmente con la esperanza silenciosa que me contestara de la misma manera.
Ella lo dijo primero y tal vez no con la misma intensidad con la que yo se lo hubiera dicho, aunque lo que importa fue que me lo dijo.
Ella lo dijo primero y tengo que fe que lo diga de nuevo, que nunca se canse de decirlo; fantaseo con que en alguna ocasión por el motivo, o la razón que sea, lo grite tan alto que detenga el mundo por la inmensidad de su sentimiento, nuestro sentimiento.
Ella lo dijo primero y yo lo diré después de la manera más creativa posible dejándola en silencio, sonrojada, con la mirada brillante aunque cabizbaja, con sus manos frías y temblantes, con el corazón a la misma velocidad que el mío y ahí estaré yo para revivir ese momento hasta que mi mente lo tatúe y sea la memoria que defina las palabras: entrega, sentimiento, fluidez, enlace, desastre natural, sinceridad y abismo.
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En la memoria de mis sentimientos
Historia CortaEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa