En la memoria de mis sentimientos

Donde tú

Donde tú vez desastre, yo veo arte, inspiración, poesía, historia de vida, alma herida, diamante en bruto, belleza.

Donde tú escuchas ruido, yo obtengo versos ricos en frutos ácidos, dulces y amargos.

Donde tú te sientas a perderte, yo me deleito con el paisaje alrededor inventando historias al azar.

Donde tú percibes dolor, yo me acurruco para observarlo y lograr determinar su inmensidad.

Donde tú te alejas por el vértigo, yo salto feliz, con los ojos cerrados y gritando de júbilo al abismo sin fin que alguien una vez llamó: vida.

Donde tú inviertes segundos, yo invierto tiempo, ganas, sueños, lágrimas, sudor y ardor.

Donde tú te paralizas y analizas, yo tomo aire y emprendo camino, tomándole la mano al miedo y mando a callar a las dudas que tercas siguen mis huellas tan solo para criticarlas.

Donde tú te sonrojaste y ocultaste la mirada, yo reía en voz alta y aplaudía mientras mi mente graba el momento, mi corazón estallaba de felicidad y mis ojos se humedecían en nombre de la inmensidad del momento.

Donde tú preferiste hablar y arremeter, yo opté por callar y escuchar, para asimilar cada una de tus palabras y abrazar cada uno de mis sentimientos.

Donde tú dijiste adiós, yo grité (hasta quedarme sin aliento) para que te quedaras y me abrazaras sin importar el tiempo.

Donde tú te quedaste al verme partir, yo huí sin mirar atrás aunque siempre te dejé una parte de mí.

Donde tú elegiste, yo decidí lo contrario porque tu vida y la mía no son similares.

Entonces, no quiero que te parezcas a mí, nada de eso. Solo quise hacerte entender que se puede hacer diferente, es cuestión de perspectivas y de criterios de realidad.

Donde yo me aferraba a lo negativo, tú me señalaste el castillo de lo positivo y creo que olvidaste esa pequeña parte.