Llegamos hacer

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Llegamos hacer esa distancia que no podía visualizarse a simple vista, que carecía de contacto visual y cercanía, que gritaba sin voz o aliento argumentos que se quedaron atrapados entre un par de suspiros que estallaron en el techo sin dejar ningún tipo de rastro.

Llegamos hacer la única razón para quedarnos, aunque optamos por partir con la convicción de volver a vernos en aquella esquina que yo llamé 'calidez'. Es que fuimos explosión en retención para cuidar lo que no se logró salvar con anticipación y fuimos ese silencio perturbador que susurraba palabras de perdón que nunca vieron cumplido su misión.

Llegamos hacer el desinterés en persona, vistiendo su mejor gala, para recibir el premio a la mejor interpretación de quietud dentro del caos que no vimos venir y perdimos contra la tristeza pues ella logró arrastrarse por las grietas del desastre que previno el desenlace de nuestros corazones marchitos antes las altas expectativas y el cumulo de promesas pérdidas.

Llegamos hacer la envidia más grande, entre el mar de dudas que arremetió con las bases de una historia a medio contar, pérdida en las tinieblas del miedo simulando olvido, aterrado por enfrentar la realidad de haberse quedado sola y vacía.

Llegamos hacer combustión espontánea a tan solo un roce de tu mano con la mía, aquella que siempre buscaste mientras dormías (aunque solo fuera imaginación/fantasía mía) y encontrabas dispuesta a sostenerse, la que siempre anheló retenerte, la que soltaste en medio de unas cuentas batallas, la que no te encontró en el naufragio de su propia vida y la que aunque aún te elige ya dejó de seguirte la pista observándote (a la distancia) ir detrás de quién es tu punto de partida. 

En la memoria de mis sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora