Volvieron los celos, se apoderaron de todo mi cuerpo encendiendo las llamas de un infierno que nunca duerme aunque lo parezca. A ella no le refutas, a ella la dejas ir y no reclamas el que se vaya sin despedir, a ella la dejas con su sentir sin tratar de hacerle entender algo diferente, a ella le basta con una mirada para que dejes de hablar y la dejes ir en paz. ¿Por qué con ella eres así y conmigo todo lo contrario? Volvió la pregunta del demonio ¿Por qué ella y no yo? Y la tristeza aparece intentando, en vano, con su llovizna persistente aplacar las llamas que tan solo se burlan de ella y de mí. A través de las llamas que no sueltan el humo correspondiente del olvido la logro visualizar: me sonríe, esa sonrisa llena de hoyuelos, la sonrisa que guarda un secreto compartido, aquella que es tan grande como su alma y las llamas se dispersan al darme cuenta que ella soy yo, que con ella eres diferente porque fue la parte de mí que aceptaste llevar contigo, que con ella no te disculpas ni la llenas de palabras sin valor porque al final ella siempre permanecerá a tu lado, mientras yo no.
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En la memoria de mis sentimientos
Historia CortaEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa