¿Cuándo te diste cuenta que me había ido? Puedo asegurarte que fue justo en el momento que me necesitaste, cuando habían pasado días y tal vez semanas de mi partida. ¿Dónde estuviste cuando yo te necesité? Y no se trata de que no llamé o te avisé, se trata de que estuve enfrente de ti y ni me lograste ver; es que es como si no existiera o si tan solo existiera cuando necesitas algo de mí. ¿En qué parte dejaste olvidada la carpeta con mi información clasificada, esa que en más de una ocasión te infló el ego y destrozó mi corazón? Porque yo recuerdo cada una de las veces en las que te regocijabas al anticipar mis pasos, mis palabras, el significado de mis gestos ¡El que me conocieras a la perfección delante de otros!, cuando delante de mi parecía que era una extraña, esa persona sin valor o importancia a quien no te importaba herir. Mi error, lo asumo con la frente en alto, fue entregarte el arma cargada y sin seguro. ¿Dónde quedó todo lo que se te trabó en la garganta y se reflejó en tu mirada cuando fuimos un solo ser compartiendo un sentimiento y posteriormente un dolor? Porque lo dejé de ver, dejé de sentirlo y el frío (esta vez) no fue bienvenido. Dime ¿Qué nos pasó? ¿En qué momento volviste a dejar entrara el miedo? ¿Cuándo tomaste la decisión de dejarme atrás en un acto heroico de amor cobarde y desleal? Para no perder al costumbre, pero ahora entiendo, que mis son lanzadas al viendo y que es el silencio quien las responde (por ti) tomándome el tiempo, extenso y denso, para lograr entenderlo y sin entender (aunque lo intente) aquella contradicción ridícula que baila a mi alrededor burlándose de mi ingenuidad al cerrar los ojos negándome a verte partir.
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En la memoria de mis sentimientos
Short StoryEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa