En la memoria de mis sentimientos

El silencio me hace tanto ruido

Logré entender porque ahora el silencio me hace tanto ruido y es que hay ocho mil cosas que no te he dio, ciertamente la cuenta a disminuido pero ¡Joder! Aún quedan cosas por decir, cosas que gritarte y lanzarte a la cara mientras tengo tu atención, sin permitirte interrupción. Y es que me dan rabia dos mil cosa que haces (aun sabiendo que me molestan), la manera en la que manejas tus crisis existenciales (aunque lo hagas diferentes: empiezas o terminas en el mismo punto de siempre), es esa manera hipnótica que tienes de hacerme sonreír y reír justo cuando estoy en el punto más alto de molestia (esa que llevaba tu nombre en ella, con el mismo color rojo que colocas en tus labios y te empeñas en borrar de mi piel). Podría mencionar las tres mil cosas que me perturban, empezando por tu descarado lanzado flechas envenenadas de celos; tu egoísmo fuerte y seco (como el beso castro que me diste) cuando arremetes contra cualquier que ose a utilizar tu tiempo (como si lo agendaras), esa terquedad con la que bailas cuando intento hacerte ver que se puede hacer de otra forma pero optas por ignorarme; y tus darte cuenta que te han llevado a disculparte, pedirme perdón, prometer no prometerme nada más y tratar de hacerlo mejor, es como si agarraras los fragmentos de mi alma (o lo que queda de ellos) garantizándole a mi esperanza (dueña del suelo) que todo estará bien robándole una lágrima perdida a la parte más pura que se enamoró de ti.