Que duro es verte querer y no poder.
Que duro fue estar enfrente de ti y que no lograras verme.
Que duro ha sido verte ahí, con ella, de manera diferente a como has estado conmigo.
Que duro ha sido verte partir, cuando lo que más deseo es tenerte aquí. Fue, para mí, irme sin tenerte y sin decirte todo aquello que atorado en mi garganta plantó raíces que han rodeado mi alma.
Que duro se convirtió el cúmulo de momentos compartidos que por lo general solo recuerdo yo.
Que duro fue mentir debido a la presión para resguardar lo que jamás he querido llegar a compartir por obligación.
Que duro ¡Maldita sea! Ha sido el estar y no estar, porque al final no ha sido como hemos querido.
Que duro golpeó el tren de tu ausencia, lanzando el equipaje de tus reproches y tus excusas, el humo espeso de tu indecisión y el sonido ensordecedor de tu petición de Perdón.
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En la memoria de mis sentimientos
ContoEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa
