Tristeza (Segunda Parte)

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La tristeza que emana desde mi alma lleva tu nombre, sin embargo se incrementa por el eco proveniente de mi mente que lleva tu nombre. Me dobla y me estremece hasta los huesos el saber aquello que no termino de aceptar: es necesario alejarme de ti, la persona que nunca llegué pensar a amar. Me entristece el hecho de que una vez más tengo que alejarme de alguien que dice amarme, de alguien que por momentos efímeros me ha hecho tan feliz que me quedé con eso y eclipse todo lo demás, hasta que la oscuridad fue tanta que me robó el aire. Hice una promesa y necesito mantenerla (por mí, primeramente, y por ti para ver si mi ejemplo de amor propio te sirve), deseo que las cosas fueran diferentes pero no lo son y no tengo el poder para cambiar los hechos. Y no estoy renunciando o despidiéndome de nuestra historia, solo tomo tus palabras y te digo: no quiero y aceptaré compartir tiempo contigo alrededor de un ambiente toxico; agrego además que no permitiré que vuelvas a manipularme, ejerciendo todo el peso del poder que te entregué cuando decidí pertenecerte. Me recuerdo que aunque me duela igual te sigo complaciendo: me pongo como prioridad yo. Y no quiere decir que no te ame, porque lo hago, pero recuerdo también que te hice una promesa: no estaré ahí viendo cómo te autodestruyes. 

En la memoria de mis sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora