Volvió a suceder y te juro, por todo lo que compartimos, que intento con todos mis fuerzas no hacerlo pero es que la tristeza me arropa, me arrastra y me absorbe hasta tenerme doblada llorando pro ese sentimiento tan inmenso como absurdo que terminó doliendo tanto que respiro a través de suspiros. Y es que sigo necesitando que me tomes entre tus brazos, me acobijes bajo la protección de tu brazo izquierdo y me dejes llorarte hasta que me seque, hasta que me quede dormida, incluso que estés ahí cuando me despierte a media noche saltando recordando que te has ido pero que sin embargo sigas ahí y como aquella primera vez me lo recuerdes, me digas que todo estará bien, me vuelvas a entrelazar a ti y yo vuelva a quedarme dormida segura (estando terriblemente vulnerable) ante ti. Sé que recuerdas cada una de las veces que me negué a que me vieras llorar, pero es que estoy tan exhausta de tratar de aparentar que puedo sola con todo este océano de dolor cuando te basta con mirarme a los ojos para saber que me estoy ahogando, que batallo para mantenerme a flote, para querer hacer algo al respecto y no poder hacer nada por diversos factores. Te necesito y más que eso te elegí, entre tantas personas que me han sostenido mientras me desarmaba y esperaban pacientes a que me reconstruyera, yo elegí a la persona que por elección ajena y propia ha decidido no estar para mí, aquella que sin querer me decepcionó más de una vez y sin intención se metió debajo de mi piel. Sigo aquí observando el lado vacío de mi cama, dejándole mis lágrimas a mi almohada mientras me repito que no vas a venir a cumplirme el último deseo del año, que no vas a darte ese permiso, que no te importa ni si quiera la lista de las cosas que me debes, que lamentablemente seguiré doblándome veintidós mil veces más hasta que me acostumbre al dolor y lo vuelve parte de mí...
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En la memoria de mis sentimientos
Kısa HikayeEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa