— Mio, no es necesario que me acompañes... Hoy debes trabajar ¿no es así? No quiero que se te haga tarde por mi culpa.
— No te preocupes Hyakkimaru, tengo el suficiente tiempo para hacerlo. Además, esto es muy importante para la banda ¿o no? Quiero apoyarte con esto.
Mio me mostró una de sus acostumbradas bondadosas sonrisas, sonrisa con la cual hacía que su rostro se viera aún más hermoso de lo que ya era. Le había dicho eso para no causarle molestias, pero la verdad en el fondo deseaba que me acompañara, contar con su compañía siempre me tranquilizaba.
Aun sumergido por esas dulces sensaciones que Mio ocasionaba a mi corazón nos dirigimos con paso decidido al salón de música donde nos reuníamos los del club. Saburota se encontraba en la misma situación que Mio, él formaba parte del club de música, pero no asistía siempre. Siendo ya un estudiante de tercer año se encontraba siempre muy ocupado y sólo iba cuando tenía tiempo libre. Por otro lado, no era un secreto que era un tanto rebelde, en sus tres años en la preparatoria ya se había hecho con la mala fama de ser un vándalo y un mujeriego.
Saburota Hisashi de tercer año era todo un personaje, muchos le tenían miedo pero eso a mí no me importaba, podía incluso ser un ex convicto y a mí me seguiría dando igual, lo único importante eran sus sorprendentes habilidades con la batería. Lo supe en cuanto lo escuché tocar por primera vez en el salón de música, si algún día yo llegaba a formar una banda, él debía ser mi baterista.
Tuvimos la fortuna que ese día acudió a la reunión con los del club, al entrar en el aula de música lo vimos hablando con otros estudiantes. No perdí más tiempo y me acerqué a él con determinación.
— Hisashi...—Lo llamé con formalidad.
— Hey, Daigo ¿qué pasa? —Me respondió con una amigable sonrisa—Oh, la linda Mio-chan también vino el día de hoy, hola.
— Hola, buenas tardes Saburota senpai. —Le regresó el saludo Mio sin poder ocultar los nervios en su voz.
— Hisashi, se el baterista de nuestra banda.
Fui directo al grano, le solté la propuesta sin rodeos. Al darse cuenta de esto, Mio me volteó a ver un tanto intrigada. Supongo que este tipo de comportamientos era el motivo por el cual Taho me decía a menudo que a veces parecía un robot. Lo normal hubiera sido saludarlo, preguntarle por su día, hablar un poco de temas vánales y después sacar el tema a relucir pero eso no me importaba. Los lazos no eran lo primordial para mí, yo solo veía a Saburota como un excelente baterista que necesitaba para formar mi banda. En mi mundo solo estaban la música, Mio y yo, lo demás no era importante para mí.
— Daigo, tú siempre tan directo. —Me respondió entre risas—. Lo siento mucho, pero actualmente ya formo parte de una banda
— Entonces déjala y únete a la nuestra.
— No tienes nada de tacto al hablar —Se quejó comenzando a fastidiarse, dándome unos golpecitos en mi cabeza con sus baquetas— ¿Te lo habían dicho antes, pequeño guitarrista?
Obviamente había dicho esto en un intento por asustarme. Saburota era un joven muy alto y corpulento, pero a pesar de eso no me dejé intimidar. Le sostuve una profunda mirada y respondí:
— Si, me lo dicen muy a menudo, pero ese comentario tuyo no viene al caso. Hisashi, únete a nuestra banda.
— Tal parece que no comprendes—Continuó cruzándose de brazos— ¿Qué puede ofrecerme una banda que ni siquiera se ha formado, contra la banda donde estoy la cual ya ha estado teniendo presentaciones en diferentes bares lives en Shibuya?
— Que cuando estemos juntos nuestro sonido será mejor que el de la banda en la cual estás.
Mio se llevó las manos a la boca al escuchar mi comentario tan impertinente. Cualquier otra persona lo hubiera tomado como una fuerte ofensa, pero Saburota no, él siendo una persona tan particular en lugar de molestarse más soltó una fuerte carcajada al escucharme.
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Las notas de mi corazón [Dororo AU]
أدب الهواةDororo es una jovencita que ha quedado huérfana a sus cortos trece años de edad. Sin más apoyo que el de su querida prima Mio, decide mudarse a Tokio con ella. Tras este gran cambio, el mundo gris y plano de Dororo comienza a llenarse de color de nu...