26. Sueños en disyuntiva

602 69 89
                                    

A mis escasos trece años de edad, con la muerte de mis padres, pude comprender que la vida nunca va a ser como uno espera que lo sea. Hyakkimaru, tú varias veces me dijiste que te arrepentías de que tu primera vez haya sido con Mio. Si debo ser sincera, yo no me arrepiento de mi primer beso, ese es uno de los recuerdos más dulces que tengo de mi adolescencia.

Tahomaru me dio un beso sumamente inocente y cálido, de cierta manera, por medio de él pudo transmitirme lo mucho que me amaba. Fue un lindo beso, sin duda lo disfruté y agradezco que él haya sido quien me lo haya dado.

Por el contrario, Hyakkimaru, si tú me hubieras dado mi primer beso, si lo hubieras hecho en las circunstancias en las que nos encontrábamos en ese entonces, estoy segura que ese recuerdo hubiera sido uno amargo. Si me hubieras robado mi primer beso, tú, que eres como una fuerte tempestad, hubieras terminado por desgarrar mi alma.

 Ese agradable y cálido tacto contra mis labios solo duró unos cuantos segundos, aun así, mi estupor fue tanto que claramente lo sentí como si fueran minutos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ese agradable y cálido tacto contra mis labios solo duró unos cuantos segundos, aun así, mi estupor fue tanto que claramente lo sentí como si fueran minutos. Sentí todo mi rostro caliente, mi corazón palpitaba tan fuerte y veloz que hasta por un momento me resultó imposible respirar con normalidad.

Cuando Tahomaru alejó su rostro me miraba profundamente con esos orbes oscuros que me hipnotizaban, una tímida y pequeña sonrisa asomaba en sus labios, esos labios que ahora sabía tenían un agradable sabor. Como era de esperarse, mi reacción no fue la que una chica normal de mi edad debía tener. Me alejé unos pasos hacia atrás y le grité con fuerza entre balbuceos torpes:

— ¡¡¡C-C-Cangrejo tonto!!!

— ¿Te doy un beso, y lo primero que haces es decirme Cangrejo? —Respondió con un bajo suspiro de derrota—Eso es tan anticlimático, Dororo...

— ¿¡Qué demonios acabas de hacer!?

— ¿Qué no es obvio? Fue un beso ¿Qué acaso no los conoces?

No supe que más responder a causa de lo avergonzada que me sentía. Siendo incapaz de formar más palabras coherentes solo atiné tapar mi boca con mis manos y sonrojarme. Al ver esto, Tahomaru abrió sus ojos y continuó con asombro:

— No me digas que... ¿este fue tu primer beso? —Cerré los ojos y fruncí mis cejas aún muy apenada. Al apreciar esto, prosiguió con calma—: No te creo... Recuerdo bien que desde la secundaria ya se juega a verdad o reto, es común que con esa clase de juegos ya des uno o dos besos.

— ¿Qué acaso crees que me la paso besando a chicos? ¡Yo no juego a esas cosas tan tontas!

Dándose cuenta que en verdad comenzaba a sentirme molesta, Tahomaru comprendió que después de lo que había pasado no estaba de humor para bromas. Me respondió con seriedad, dedicándome una dulce mirada que me hizo paralizarme.

— No te preocupes, siempre me haré responsable por haberte dado tu primer beso.

Esas sencillas palabras disiparon el enojo, pasé a verme invadida por la incertidumbre. No, las cosas no tenían que haber sido así ¿Cuántas veces no había soñado con que Hyakkimaru me diera mi primer beso? ¿Cómo es que su hermano lo había hecho en su lugar? Eso no era lo peor, lo peor de todo es que en verdad no me sentía molesta con Tahomaru, ese beso no me había resultado para nada desagradable. Completamente contrariada, le respondí con voz baja y tímida:

Las notas de mi corazón [Dororo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora