Dororo, tu sonrisa es hermosa, nunca me cansaré de decírtelo. Sé que no te gusta recibir esta clase de halagos, pero no importa que pase, nunca dejaré de pensarlo. Es una de tus mayores cualidades, es una sonrisa tan cálida que es capaz de brindarle calor al corazón más frío, como el mío. Y a su vez, es tan brillante que es capaz de curar al corazón más herido, como el de mi hermano.
Llegamos a Akihabara y te veo correr de un lado a otro llena de entusiasmo, observas con alegría todas las tiendas y no dejas de apurarme pues según tú, soy muy lento. Me es imposible no sentir una enorme paz y felicidad cuando estoy a tu lado.
Mientras río para mis adentros al ver como imitas de manera graciosa la cara de un extraño muñeco de felpa en una de las tiendas comienzo a comprender por qué mi hermano siempre quería mantenerte cerca, a tu lado la diversión nunca termina.
— Mira eso...—Dices entre risas, apuntando a un muñeco de felpa adentro de un juego de destreza— Es un muñeco de un cangrejo... ¡Es igualito a tu cabeza!
Al principio me siento molesto al escuchar tu burla, pero tras seguir escuchando tu contagiosa risa me es imposible seguir sintiéndome de esa manera. Decido preguntarte con tono hosco en un intento por ocultar mis verdaderas intenciones de hacerte reír más:
— ¿Cuándo vas a dejar de decirme cangrejo?
— Lo haré cuando te cambies ese peinado tan ridículo que tienes.
— Bueno...—Respondo fingiendo un tono dubitativo— Me cambiaré el peinado cuando tu crezcas más y ya no seas tan enana.
Al principio inflas tus mejillas y me miras con enfado al escuchar cómo te regreso el insulto, aun así, en un acto que me sorprende y me hace sentir dichoso pasados unos segundos pareces dejar tu molestia a un lado y comienzas a reír divertida. Poder hacerte reír me hace sentir que llegué al paraíso.
Mientras continuamos caminando por Akihabara aún me siento renuente a aceptar mis sentimientos por ti. En la lucha interna conmigo mismo reflexiono de lo diferente que eres a otras chicas no solo de tu edad, sino también de la mía. A tu lado las demás me parecen aburridas, superficiales y vacías, y tras lo que está por pasar a continuación puedo reafirmarlo.
Te detienes de manera un tanto sospechosa de repente, apenas me las puedo arreglar para frenar mi caminar a tiempo y no chocar contigo. Miras con sumo interés una máquina de arcades frente a ti para después voltear a verme con una mirada traviesa y me dices:
— Quiero jugar a esto.
Un tanto confundido dirijo mi mirada a la arcade para ver que se trata de un viejo juego de peleas muy famoso en su época: "Street Fighter II". No comprendo muy bien porque quieres jugar, a decir verdad, pensaba que a la mayoría de las mujeres no les interesaban los videojuegos, pero tú en verdad luces impaciente por hacerlo.
— ¿En serio quieres jugar a esto? —Pregunto con incredulidad.
— ¡Claro! ¿Tú no quieres?
— No es como que no quiera, es solo que me parece extraño que quieras hacerlo.
— ¿Qué pasa, Cangrejo? ¿Temes que una mujer te gane? —Añades con gesto engreído.
— ¿Yo perder? ¿Con quién crees que hablas? —Te regreso una mirada desafiante— Debes saber que cuando era niño jugaba este tipo de juegos con mi hermano y siempre le ganaba. No me ganarías ni en un millón de años.
— Ya veo... A Hyakkimaru también le gustan los videojuegos.
Es extraño, pero tu mirada cambia en cuanto mencionas a mi hermano mayor. Apoyas débilmente tus manos en el tablero del arcade y bajas tu triste mirada al suelo ¿Es por su culpa? ¿Por culpa de él te sientes triste? No puedo comprenderlo muy bien ¿Qué pudo haberte hecho mi hermano para ponerte en ese estado? Es extraño pues los dos parecían llevarse tan bien. Todas estas preguntas cruzan por mi cabeza cuando te escucho hablar de nuevo con una voz mucho más animada:
![](https://img.wattpad.com/cover/202572809-288-k934320.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las notas de mi corazón [Dororo AU]
FanficDororo es una jovencita que ha quedado huérfana a sus cortos trece años de edad. Sin más apoyo que el de su querida prima Mio, decide mudarse a Tokio con ella. Tras este gran cambio, el mundo gris y plano de Dororo comienza a llenarse de color de nu...