Dororo es una jovencita que ha quedado huérfana a sus cortos trece años de edad. Sin más apoyo que el de su querida prima Mio, decide mudarse a Tokio con ella.
Tras este gran cambio, el mundo gris y plano de Dororo comienza a llenarse de color de nu...
El pastel de chocolate amargo había quedado delicioso, a Hyakkimaru le gustó mucho. Todos me recibieron con alegría a pesar de haber llegado tarde, Hyakkimaru agradeció que estuviera a su lado. Me presentó ante su madre como su novia, cuando supo esto la amable mujer me atrapó en un fuerte abrazo y me hizo sentir más que bienvenida, pude causarle una buena primera impresión.
Todo había salido bien al final, Hyakkimaru en verdad se veía contento en su fiesta. A pesar de esto, no podía sentirme feliz, esto era porque aún tenía muy presente en mi cabeza lo que había visto al entrar al parque cerca de la mansión Daigo: Hyakkimaru y Dororo abrazándose tiernamente. Después se separó de mi prima y frotó su frente con la de ella en una muestra dulce de cariño, nunca había hecho eso conmigo.
Esto me dejó tan sorprendida que por un momento no supe cómo reaccionar, mi pecho se vio embargado de dolor y me fue imposible moverme por unos segundos. Finalmente decidí fingir que no había visto nada, me acerqué a ellos para ver su reacción. Apreciar sus rostros nerviosos cuando se percataron de mi presencia fue una mala señal.
¿Hyakkimaru me estaba engañando con Dororo? Esa idea pasó por mi cabeza por un momento, pero deseché esa posibilidad al instante. No quería desconfiar de ellos, mi amada prima era incapaz de lastimarme de esa manera, y Hyakkimaru era tan respetuoso que estaba más que segura que nunca se atrevería hacerlo.
A pesar de poder estar segura de que no estaba siendo engañada, lo cierto es que podía notar que las cosas entre ellos habían cambiado. Desde hace semanas atrás, me había dado cuenta de que Hyakkimaru aprovechaba cualquier oportunidad que se le presentara para poder estar con Dororo. En la fiesta esto se hizo más notorio aun, apenas me descuidaba él se escabullía para ir a hablar con mi prima.
Lo había notado, pero una parte de mí se negaba a querer admitirlo: había un lazo sumamente especial que los unía. No era un lazo de amistad, era uno más profundo, uno que los hacía entenderse a la perfección, comprenderse tanto que asustaba. Solo podía ver con pesar, como a pesar de que Hyakkimaru parecía disfrutar tanto a mi lado, Dororo compartía un lazo aún mucho más especial con él de lo que lo hacía conmigo.
Si en ese momento yo me hubiera rendido, estoy segura que hubiera sido lo mejor para ellos. Soy una tonta por haber sido tan egoísta, por haber lastimado tanto a los dos. Por desgracia no soportaba la idea de perder a Hyakkimaru, lo amaba tanto que simplemente no podía renunciar a él sin pelear primero.
— "Si no soy capaz de competir con el lazo que Dororo tiene con él, entonces debo crear un nuevo lazo. Debo darle a Hyakkimaru lo único que Dororo nunca será capaz de darle".
Pensé decidida mientras observaba como los dos reían juntos dulcemente a lo lejos.
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¿Es posible estar enamorado de dos personas a la vez? Era una pregunta que no me dejaba tranquilo desde lo acontecido en la fiesta. Habían pasado dos días desde entonces y sentía mi mente como si fuera un ovillo de lana enmarañado incapaz de desenredarse.