16. Un nuevo verano

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Mi primer año como estudiante de secundaria fue una montaña rusa de emociones. En primer lugar, pasé por el espantoso dolor de perder a mis amados padres, un dolor tan terrible que no se lo desearía ni siquiera a alguien a quien odiara.

Después de esta pesadilla que me quebrantó el alma vino un hermoso sentimiento, me enamoré por primera vez. Por desgracia, este tan ansiado amor vendría acompañado por dolor también pues mi primer amor resultó no ser correspondido.

A pesar de esto, irónicamente el sentimiento del amor me hacía ser feliz. Aunque era un amor no recíproco, o al menos, no de la manera que yo deseaba, resultó ser la misma cura para todo mi dolor. Creo que la persona a la que yo amaba era el principal motivo de esto. Era un joven tan dulce y maravilloso que con el simple hecho de estar a mi lado me hacía feliz, alejaba la tristeza y el dolor de mi corazón.

El tiempo cura todas las heridas, si, lo sé, esa es una frase muy gastada y cliché, pero hasta que pasas por este tipo de situaciones te das cuenta que estas frases existen por algo, yo era el mejor ejemplo de eso.

Poder ver a Hyakkimaru solo como un amigo fue algo que me costó mucho tiempo lograr, pero pude hacerlo pasados unos meses. Después de eso, estar a su lado junto con Mio resultaba mucho más sencillo, llegó un punto en el que incluso era hasta divertido.

Cuando me sentí lista regresé a los ensayos, salía con todos los de la banda de vez en cuando a pasear o comer algo, así como también paseaba a solas con Tahomaru, el cual con el pasar del tiempo se convirtió en un amigo muy preciado. Pasó a convertirse en una especie de refugio para mí cuando de pronto mis sentimientos por Hyakkimaru me atacaban de nuevo.

El tiempo continuó pasando para bien, en un abrir y cerrar de ojos comencé a cursar segundo de secundaria, Tahomaru pasó a segundo de preparatoria, Hyakkimaru y Mio lograron comenzar a cursar su último año como estudiantes de preparatoria, mientras que Saburota para sorpresa de todos logró graduarse de la preparatoria.

En cuanto a Rainbow Tears, todo iba viento en popa para ellos. Sus presentaciones en bares lives así como en diversos eventos de música al aire libre continuaron. Eran ya más que conocidos en la escena indie, incluso contaban con un modesto grupo de fans en diversas redes sociales.

Podía asegurar sinceramente que tras esos momentos difíciles era genuinamente feliz, estaba satisfecha con la vida que llevaba y por cómo estaban las cosas. Sin embargo, no todo puede permanecer igual para siempre, todo a mi alrededor comenzaría a cambiar a partir del verano en el que ya era estudiante de segundo grado de secundaria.

El primer gran cambio, para empezar, sucedió en mi cuerpo. Estábamos en las vacaciones de verano, Mio y yo regresamos durante estas a Iwate para descansar y estar con mis tíos.

— ¡Mio nee, Mio nee! —Grité entre asustada y emocionada saliendo del baño.

— ¿Qué sucede, estás bien?

Me preguntó Mio dejando a un lado la revista de moda que leía para dirigirme una mirada preocupada. Hizo rápidamente un lugar a su lado cuando me vio subirme a su cama de un gran salto. Me acerqué hasta su oído para susurrarle con algo de timidez:

— Estaba en el baño y finalmente sucedió... Por fin me llegó mi primer período...

— ¡Oh, Dororo-chan!

Mio me miró con ternura, acto seguido me atrapó en un cariñoso abrazo, ocasionando que un dulce calor se apoderara de mi pecho, le correspondí de inmediato sintiendo también como el estómago se me contraía a causa de los nervios de esta nueva etapa en mi vida. Pasados unos segundos mi dulce prima se separó de mí para mirarme a los ojos con seriedad.

Las notas de mi corazón [Dororo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora