Mientras me dirigía a casa acompañada por mis queridos amigos Saru y Okowa me fue imposible no soltar una fuerte carcajada al recordar lo que había pasado ese día en la clase de deportes. Okowa adivinó el motivo de mi risa y me acompañó con sus escandalosas risotadas.
— Es suficiente...—Se quejó Saru con vergüenza, su rostro entero enrojeció—¿Es que acaso nunca van a dejar de burlarse de mí?
— Vamos Saru, debes admitir que fue muy gracioso. —Respondió Okowa sin poder calmar su risa.
— ¡Si! —Apoyé a mi amiga pasando un brazo alrededor del hombro de Saru, dedicándole una mueca burlona—Durante la clase de deportes el balón se te estampó de lleno en la cara mientras jugábamos a los quemados ¡Admite que fue muy gracioso!
— ¡Para mi cara no fue nada gracioso!
Nos reclamó apuntando a su rostro el cual aún tenía una leve marca del balón. Al escucharlo solo pudimos reír más fuerte que antes, Saru farfulló palabras molestas inentendibles, mirándonos a las dos con vergüenza y molestia mezcladas.
— De acuerdo Saru, lo sentimos, vamos, ya no estés molesto. —Se disculpó Okowa con una pequeña sonrisa asomando en sus labios.
— Disculpa por reírnos así —Agregué con gesto arrepentido—¿Qué te parece si te invito una malteada a modo de disculpa?
— Bueno, creo que eso podría funcionar...
Saru trató de hacerse el duro, sin embargo, Okowa y yo sabíamos lo mucho que adoraba las malteadas. Le seguimos hablando con amabilidad para animarlo mientras nos dirigíamos a "Happy Food" cuando un muchacho alto salió de pronto de una esquina lateral de la calle colocándose justo enfrente de nosotros, nos fue imposible continuar avanzando a causa de esto.
— Hey Akiyama, hoy te ves tan hermosa como siempre.
— Uehara...
Susurré con fastidio al ver la petulante sonrisa de mi superior frente a mí. A pesar de que ya había pasado una semana desde que lo había rechazado el idiota seguía insistiendo en que saliera con él.
— ¿Qué se trae entre manos la estudiante más hermosa de la escuela?
— No creo que sea de tu incumbencia. —Respondí con frialdad.
— Bien, entonces ¿Qué te parece si dejas a estos perdedores y vamos por ahí a dar una vuelta?
— ¿¡Qué no lo entiendes!? —Exclamé con voz fuerte comenzando a enojarme—Te he dicho que no estoy interesada en ti, así que por favor deja de molestarme.
La presencia de nuestro superior intimidaba a mis amigos, aun así, los dos se esforzaron por ignorar sus nervios y se colocaron uno a cada lado de mí en un ademan protector. Shirogane miró a los dos chicos con molestia para después dirigir su mirada a mí, en su rostro capté frustración y desesperación.
— Cualquier otra estudiante aceptaría mis invitaciones sin pensarlo dos veces, en cambio tú no dejas de rechazarme... ¿¡por qué no dejas de hacerlo!?
— Para empezar porque llamas a mis amigos perdedores. —Repuse mirándolo con desagrado—. Jamás sería capaz de aceptar los sentimientos de alguien que hace sentir menos a los demás. Eres un idiota Uehara, simplemente olvídate de mí. Vámonos, Okowa, Saru.
— ¡S-si!
Respondieron los dos sin poder ocultar el miedo en su voz, a pesar de lo intimidados que se sentían no se separaron siquiera un centímetro de mí.
— Ya lo verás, Akiyama. —Lo escuché susurrar con una voz sombría—. Serás mía lo quieras o no.
— Solo inténtalo, imbécil. —Le respondí sin volver la vista. Saru y Okowa me miraron preocupados, me suplicaron en voz baja que lo dejara por la paz y ya no lo hiciera enojar más—. No se preocupen, solo quiere asustarnos y hacerse el interesante. Ese idiota es solo palabras.
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Las notas de mi corazón [Dororo AU]
أدب الهواةDororo es una jovencita que ha quedado huérfana a sus cortos trece años de edad. Sin más apoyo que el de su querida prima Mio, decide mudarse a Tokio con ella. Tras este gran cambio, el mundo gris y plano de Dororo comienza a llenarse de color de nu...