Capitulo 4

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Terminada la larga discusión con su padre, se encerró en su habitación muy afligida, no entendía bien el cambio de actitud de sus padres, no encontraba explicación alguna, si ella solo trataba de vivir su vida, tiraba las cosas de su habitación, floreros, adornos, libros, estaba haciendo una típica pataleta de niña consentida. Se asomó por su balcón y vio a  la nana de su hijo jugando con él en uno de los lados del jardín, eso logró una sonrisa- Mi pequeño, tan mala madre he sido contigo que pretenden alejarme de ti, no, eso no sucederá, ese niño es mi hijo, no es de ellos.- Seguramente Iker era lo único que la podía hacer reflexionar, se tiró sobre su cama y comenzó a meditar sobre sus actos...

The Union League Club
38 East 37th Street, New York

Como distracción y para olvidar un poco el rato amargo que pasó con su hija Paulo Hogaza estaba jugando golf en uno de los grandes campos de un club de la ciudad, no estaba jugando muy bien, no paraba de pensar en lo duro que había sido con Lucero, jamás la había tratado de esa manera, siempre había sido su consentida, pocas veces discutían, en el fondo reconocía que estaba actuando de la manera correcta si quería lograr un cambio drástico en el comportamiento de ella.
-¿Señor Paulo?- escuchó su nombre, se giró.
-¿Fernandito?
-Cuánto tiempo sin vernos Señor Paulo- le estiró la mano, él la recibió con una gran apretón y le dio un fraternal abrazo.
-Muchos años y por lo que veo has crecido Fernandito y cómo está la señora Grace.
-Bien ya sabes, cortando con su tijera a todos los mal vestidos.
-Es bastante crítica, pero a eso se debe su éxito, y cuénteme muchacho qué ha hecho con su vida.
-Se la resumiré, Termine mi carrera de diseño y publicidad en la universidad de Columbia,  ahora trabajo en la revista de mi madre soy el que organiza la imagen, portadas, hojas de propaganda, y todo eso.
-Eres un joven talentoso.
-Y usted señor, cómo está, hace muchos años que no hablamos y no jugamos una partida juntos.
-Qué te parece si la hacemos y te cuento que ha sido de mi vida.
-Me parece excelente y espero esta vez poderle ganar.
-Ya veremos.

Fernando Colunga y el padre de Lucero se conocía de años, solían jugar juntos golf, el señor Paulo era una especie de maestro para él, Fer lo escuchaba siempre y aprendía algo diferente. Pasaban horas enteras hablando de palos de golf, golfistas, autos de colección, deportivos, futbol y todas esas temáticas masculinas.
Después de una larga partida y ponerse más al tanto de sus vidas, Fernando notó que algo no estaba bien, se atrevió a preguntarle, él le contó la difícil situación que estaba atravesando en resumidas palabras.
Con que  una niña caprichosa, una princesita malcriada, se me ocurre algo- pensó:- Señor Paulo que le parece, si me encargo de ella.
-Sé que eres muy inteligente, pero cada vez me convenzo que es un caso perdido, es muy egocéntrica, orgullosa y hasta altanera.
Bravas, altaneras, esas me gustan:- Escúcheme, he tratado con toda clase de mujeres, yo sabría darle una buena lección de humildad a esa pequeña.
-¿Cómo?
-Deme 60 días y tendrá de regreso a una mujer de verdad.
-No te creo capaz.
-Confíe en mi.- Su voz se escuchaba segura y arrogante, mientras sonreía.
-Y ¿cómo pretende hacerlo?
-Dice que la despidió de su empresa, que no tiene tarjetas.
-Si.
-Envíemela mañana a las 7 de la mañana a la revista, la contratare.
-No sabes lo que haces, ella es algo inútil.
-Ya verás.
-Agotara tu paciencia, estoy seguro.
-No lo creo, hágame caso, no pierde nada con intentarlo.
-Okey, hablaré con ella la obligaré a ir, y estoy más que seguro que a medio día ya me la habrás mandado de regreso.
-Muy gracioso.

Dentro de la cabeza de Fernando se estaba cocinando un plan, quería ayudar realmente a su viejo amigo, le tenía mucho aprecio, y sabia como tratar con niñas caprichosas  que ven el mundo de color rosa, de cualquier manera iba a hacer aterrizar a Lucero en el mundo real, le iba a mostrar que hay más allá de la superficialidad. Sería una especie también de experimento, experimento al cuál trataría con toda las manipulación psicológica que sabía, con su inteligencia y el resultado sería un logro en su vida personal.
-Y como me dice que se llama su hija, la princesita "Chanel"
-No su favorito ahora es "Oscar de la renta". Lucero y la mi otra hija  se llama Anna Nicole, luego te contaré más sobre ellas, por ahora solo te conté lo fiestera y superficial que es Lucero.
Lucero... Lucero... ese nombre lo he oído en algún lado: -Lucero, lindo nombre.
-Lo escogió su madre. Pero insisto no será capaz de lograr nada con ella.
-Confíe en mi, puedo hasta apostarlo ya mismo.
-Te veo seguro muchacho,  sin embargo te apostaría cualquier cantidad en dólares o euros, que no eres capaz.
-Que le parece si después arreglamos que se apostara.
-Me parece jovencito


Diseñame en LX díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora