Capitulo 8

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El lugar era enorme, ella lo visualizó todo a su alrededor rápidamente, miraba cada esquina con interés, y de frente tenía una cantidad de  piezas de arte, estaba atónita e impactada con los cuadros que estaban en el suelo o colgaban de esas paredes de estilo "ladrillo pulido" sabía que eran obras maestras de mayor cuantía, que costaban una millonaria suma cada una. No sé explicaba el por qué las tenía en ese lugar y no en una bóveda de máxima seguridad, bajó unos escalones notó que el lugar no tenia divisiones, solo unas cuantas columnas, no se diferenciaban las partes del sitio, no encontraba habitaciones, era como una gran bodega, todo era un amplio espacio. Habían varios caballetes, uno con una silla, una gran mesa con infinidad de pinturas y vinilos de seguramente todos los colores existentes, también varios juegos de pinceles y brochas. Al lado  izquierdo de la enorme y única ventana  casi del ancho de todo el sitio, había una piano de cola color negro brillante, regresó su mirada a la que sería la sala solo habían unos cuantos sofás y un largo sillón  vertical de esos antiguos que se veían en los cuadros renacentistas donde se acostaban las mujeres para ser retratadas.- ¿Qué lugar más extraño?

-Lo sé, te he dejado sin palabras.
-Me has dejado sin palabras, pensé que sería un departamento normal.
-Nada en mi es normal.
-Mira esos cuadros, cómo los puedes tener aquí y algunos en el suelo.  Este lugar es raro.
-Es mi escape del mundo.
-Me gusta, me gusta esa gran vista que tienes, el ventanal es enorme, está bien iluminada, tienes una mezcla entre antigüedades y cosas modernas, hay toda clase de arte.
-Amo, el arte.
-¿Que no es un Picasso?-Miró un cuadro colgado en una pared.
-Exactamente, oye muñequita Barbie, no tenía idea que sabias de arte.
-Me fascina el arte, tuve una obsesión cuando estuve en parís con el museo de Louvre, me encantaba ese lugar.
-Tiene las mejores piezas... Ahora así a lo que vinimos.
Lucero caminó detrás de él a paso torpe- ¿Qué quieres que haga?
-Ponte cómoda, yo alistaré mis pinturas, lápices y materiales.- Comenzaba a quitarse el saco que traía puesto.
-Olvide decirlo, te quedan muy bien los trajes Fernando, es la primera vez que te veo usarlo. Buena elección el conjunto Armani.
-Lo diseñaron para mi, supuestamente en la noche tengo una reunión importante por eso lo traigo puesto, pero es sofocante.- Lucero le estiró la mano para recibir el saco, él se lo entregó y ella lo dejó en uno de los sillones, donde dejó su bolsa.

-Me podrías pasar ese pincel que está cerca del piano.
-¿Toca el piano?
-Lo hago bien, ¿y tú?
-Igual, aquí tienes- cuando se acercaba para entregarle el pincel dio un mal pasó, se sostuvo de Fernando para no caer al suelo, estaba sostenida de los grandes hombros y cerca de su pecho- ¿Estás bien?.. Lucero seguía en silencio...-Mírame, ¿te lastimaste? -preguntó con preocupación. Ella estaba perdida mirándolo tan cerca- Descuida, estoy bien- Fernando cerró los ojos, dio un suspiro antes de acercar su rostro al de ella, ella no tenía ninguna reacción- No lo resisto más-Fernando llevó sus labios hacia los de Lucero y la besó, sentía como si estuviera rozando sus labios con unas rosas suaves de jardín primaveral, aquellos labios semi carnosos de esa mujer lo tenían en un estado de viaje por una dimensión inexplorada, inédita, desconocida. Lucero sentía lo mismo, pero a su manera dejo de pensar, solo limitó a disfrutar de ese momento, desfogando lo mucho que deseaba a Fernando en silencio. Cuando el sintió que ella separaba los labios, sabía que era hora de aterrizar- ¿Me besaste?- Ella con la mano izquierda en sus labios- No lo pude resistir, eres muy hermosa- ¿Te gusto?- Demasiado es poco. Lo miraba con dulzura, pasó su mano sobre el rostro de él propiciándole una suave caricia, él cerraba sus ojos, sostuvo esa mano y la besó

-¿Estaremos actuando mal?
-No, preciosa...
-¿Qué nos ocurre?
-No tengo una respuesta para este momento, pero estoy seguro que la encontrare.
-Mejor hagamos el trabajo que vinimos a hacer.
-Acomódate entonces sobre la alfombra- le habló con bastante sutileza.
Mientras se acomodaba sobre la alfombra- Lo acabas de besar, besa exquisitamente bien, fue, fue asombroso, fue el mejor beso, lo besé, que locura hice, pero me tiene hipnotizada, no estoy siendo consciente de mis actos, me deje llevar.

Diseñame en LX díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora