Capitulo 30

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Después de salir del hospital, la vida para ellos era el camino por una nueva aventura, desconocida para Fernando, para Lucero ya vivida,  tenía experiencia como madre, sin embargo cada situación es diferente, pero tenía claro que con su hija no cometería esos errores de madre primeriza que cometió con Iker. Todo comenzó a fluir de la mejor manera, en su hogar seguía presente esa paz que tanto adoraban, que a veces se veía interrumpida por el llanto de la bebé varias veces en el día y en la noche, cada uno hacia muy bien su trabajo, Fernando el padre incondicional no se separaba de ellas, siempre con una sonrisa hasta cuando le tocaba levantarse a calmarla a media noche, nunca se escuchaba una queja u objeción de su parte al parecer adoraba esa etapa que estaba viviendo.

-Buenos días, pequeña hada.-Le decía a Lucero que lentamente iba saliendo del mundo de los sueños y abriendo sus ojos castaños.
Mientras iba abriendo los ojos tenía un bello retrato de frente, él y su pequeña hija en sus brazos. –Fer- Le acarició suavemente el rostro- ¿desde qué horas están despiertos?
-No lo sé, cuando estoy con ella las horas se me pasan volando.
-Es preciosa.-Se sentó para poder estar más cerca de ellos.-es tan pequeña-Le sujetaba las manitos.
-Muy preciosa.-Le besó la frente.
-¿E Iker?
-Hace un rato estuve jugando con él, no hace más que preguntarte, ahora está en la sala dibujando.
-Le encanta dibujar.-Sonreía orgullosa de su hijo.
-Lo más probable es que herede el talento y creatividad que tienes, ya sabes somos una familia de diseñadores.
-Es cierto, a demás su papá biológico es de los mejores.
-Es un niño que viene con una carga genética genial.
-Igual que Mía,  aparte de ser la niña más preciosa del universo, estoy segura que será una pequeña estrellita.
-Es la hija de un Lucero, ¿qué esperabas?-Le dio un respingo en su nariz con su mano
-Mi hija, créeme que a veces me parece tan irreal que tenga dos hijos y sean tan hermosos.
-Pero todo es real.
-Sí tan real como que no he dormido en semanas.
-No eres la única.
-Fer, ¿tú no deberías de estar ya en el trabajo? se supone que debías tener listo el diseño de la portada y revisar los contenidos.
-Sí, en un rato voy a la revista. Mejor ven conmigo a la cocina, te preparé algo para que desayunes.
Es el mejor para todo, piensa en cada detalle, aunque no debería tomarse tantas molestias, yo debí haber preparado algo para que desayunara-Gracias Fernando, aunque me haces sentir culpable, haciendo todo no es justo para ti, mientras yo solo duermo.
-De alguna manera debo recompensarte que me hagas siempre el hombre más feliz del universo.
-¿Cómo sabes que eres el más feliz del universo?-Caminaron hasta la isla de la cocina donde Fernando le había preparado jugo y un coctel de frutas.
-Te tengo a ti, los tengo a ustedes y es imposible que alguien más los tenga.
-Te mereces todo y  pásame a mi bebé que la quiero cargar.
-Aquí tienes.-Se la entregó.
-¿Fernando sabes que ocurre hoy?-Lo miró con picardía, mientras acomodaba a Mía sobre su pecho para alimentarla.
Que no sea nuestro aniversario-No, no lo sé, ¿no me digas que cumplimos meses o es aniversario de algo?-Preguntó confuso mientras se acomodaba su reloj y guardaba su tablet en su maletín.
-Si aniversario de nuestra abstinencia.
-Explícate.-Seguía confundido.
-Tres meses y 45  días de castidad.  ¿Captas la idea o utilizamos estas manzanas?
-¿cuarenta y cinco días? –Se le iluminaron los ojos y se acercó de un paso a ella-Ya me puedo acercar a ti.
-Sí, ya pasaron esas semanas que se recomiendan esperar.
-Gracias deidades y súper héroes del cielo- Daba brincos por toda la cocina.
-Soquete infantil.
-Un soquete, si eso soy, pero debes de entender que te extraño y me has dado la mejor noticia del día.
-Okey entonces ahora ve muy motivado, has un excelente trabajo en la revista y nos vemos en la noche.
-No puedes darme un abrebocas.-Le robó un beso rápidamente.
-Ve a trabajar, no seas impaciente.
-Sí me ocurre algo esperando con ansias mi hora de salida, quedará en tu conciencia.
-No me hagas reír. Y antes de que te vayas, la bebé ya tiene más de un mes, tú mamá no la piensa conocer.
-¿Quieres que ella se le acerque?
-Es su abuela.
-La verdad es que ella está enterada cuando le conté al día siguiente que nació me felicitó, no lo creí cierto pero sentí su abrazo sincero, me pregunto qué cuánto había pesado, si había nacido bien, que cómo me sentía, sí,  yo sé que parece mentira pero lo hizo, aunque después de ese día no se ha atrevido a preguntarme nada más y es lo mejor porque no quiero hacerte sentir incomoda con la presencia de ella después de lo que nos hizo.
-Parece mentira que te haya hecho esas preguntas, pero no te preocupes que si ella decide acercarse no tengo problema con eso.
-Te lo agradezco. Y en unas horas vendrán tus padres, tú mamá me llamó y me dijo que traía no sé qué ideas para preparar lo de nuestra boda.
-Muero por ser tu esposa.-Le sujetó la mano.
-Señora de Colunga.
-No crees que es mejor: Señor de Hogaza.
-Suena bien. –Se le acercó de nuevo, la abrazó y acercó sus labios para darle un amoroso beso-Guarda energías, Fer...
-De esas tengo de sobra.

Diseñame en LX díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora