Capitulo 29

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Ya son últimos capítulos!!!!! Disfruten mucho

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-No sería mala idea, digo no porque lo dude sino porque con eso le callaríamos la boca a la prensa.
-No lo puedo creer, de verdad que eres un imbécil, me esperaba otra respuesta Fernando... Eres- Se marchó a la habitación furiosa con gracias al comentario de él, él sintió ese enojo y supo que había hecho mal.
-Lucero, ven bonita, Lucero- Le cerró la puerta en la cara.
-Madre, mejor vete, vete...
Como ya había cumplido con su meta del día "fastidiar la relación"-Ya me voy, pero piénsalo.
-Adiós- Le abrió la puerta para que se marchará, regresó a su habitación y Lucero se negaba a abrirle.
-Ábreme, por favor, no era mi intención hacerte sentir mal.
-Pues bien que lo lograste, ¿es que acaso si desconfías de mí?
-No cómo crees, ábreme para que hablemos.
-No te pienso abrir, me has decepcionado y lo haces delante de tu madre, mira logró que quería y...
-¡Lucero!
-Y lo está logrando, yo no puedo continuar con esto.
-¿¡Qué!?
-Ya me canse, me canse de tu falta de carácter, que siempre la pongas a ellas sobre todo.-Le abrió la puerta, él entró rápidamente.
-Es mi madre.
-Me odia y será mejor que hagamos las cosas por las buenas.
-No digas nada Lucero, estás enojada y de seguro lo que menos quieres es que nos separemos y más ahora que vamos a tener un hijo.-Intento acercársele, pero violentamente lo esquivó.
-Yo pude cuidar de Iker durante casi dos puedo cuidar de mi otro hijo sola, yo no necesito de nadie, no necesitaba de ti...
-Bonita, no digas eso, no sabes ni lo que dices.
-Si, y soy más consciente que nunca, me marcho de aquí.
-No te puedes ir, a dónde piensas ir.-La sujetó de un brazo.
-A casa de mis padres. –Sujetó  la mano de Fernando y la deslizó con brusquedad.
-Según tú jamás regresarías allá.
-No me importan por lo menos allá si me dan mi lugar.
-Yo te doy tu lugar.
-Por supuesto... Por supuesto que no.
-Estás llorando, cálmate amor.
-No, no estoy alterada, simplemente es que tus idioteces me han herido.
-Perdón.
-Y eso... Eso también me tiene harta, que siempre estás pidiendo disculpas, que no entiendes que una disculpa no soluciona nada.
-Lucero, estás muy agresiva, te puedes arrepentir de tus palabras, ya cálmate por Dios.
-No, y como este hijo que espero según ustedes no es tuyo con más razón me voy a criarlo yo sola.
-No digas estupideces, por décima vez, el bebé es mío, lo hicimos con nuestro amor.
-Amor que no estás defendiendo.
-De nuevo con eso.
-Sí y es por eso que lo quiero continuar más, me cansé de tu falta de carácter, me marcho de aquí.
-Okey, estás molesta conmigo, si quieres yo hago mi maleta y soy yo el que me marcho, esta es tu casa no tienes porque irte.
-Entonces aquí está tu maleta- La sacó del closet y se la lanzó- Comienza a empacar.
-No es muy buena idea dejarte sola en este estado, pero si eso quieres, ya me voy.
-Pues te estás demorando, ¿qué esperas para guardar tu ropa?  No te quiero ver.

Lo dejó solo en la habitación y caminó hasta el cuarto de Iker, el muy obediente empacó su ropa rápidamente, sabía que no era más que una pataleta, de la Lucero caprichosa aún quedaba demasiado, no estaba alterado, solo le daría el gusto.
Antes de marcharse quiso despedirse de Iker, La encontró observándolo dormir en su cuna.
-¿Me permites si quiera despedirme del cachorro?
-Aja.
Le acaricio por unos instantes la cabeza- Cuida a tu berrinchuda madre, cachorro.
-Está dormido, no le hables- replicó de manera grosera.
-Okey, ya me marcho, ¿segura que quieres esto? Segura que eres capaz de lidiar con esto sola.
-Vete, vete ya, no te soporto- Se giró y le dio la espalda.
-Está bien, solo me llevo esta maleta, luego paso por mis otras cos...
Lo interrumpió-No te preocupes contratare un camión de mudanza.
-Como quieras.


Salió de la habitación, tomó las llaves de su auto, acarició a Milo por unos minutos le lanzó lejos su pelota para que tardara en recogerla,  agarro un portarretratos que tenía una foto de él, Lucero e Iker, tomó su maleta y se marchó...
Espero unos momentos afuera,  observaba el reloj de pared del hall, tenía una idea sonando en su cabeza, idea que tal vez podría ser cierta, empezó a contar de la nada.
-Uno...Dos...Tres...Cuatro...Cin- Ella interrumpió el conteo.


Diseñame en LX díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora