Su despertador le avisaba que ya iniciaba otro día de martirio, rápidamente se arregló para llegar a su trabajo, arrojó a la basura las invitaciones al lanzamiento de las nuevas joyas de Bvlgari, estuvo un momento en el cuarto de su hijo, quería verlo sonreír, era muy temprano así que el pequeño solo dormía:- Duerme tú, tú si lo puedes hacer si quieres todo el día, como te envidio niño...Ya estaba en su lugar de trabajo, se alegro al notar que Fernando no había llegado, trato de distraerse mirando sus cuentas en varias redes sociales, se moría de envidia por los estados de sus amigas y fotos que subían instagram.
-¿Qué te he dicho sobre tu teléfono?
-¿Usted también se la pasa en el suyo?- Enarcó su ceja y le habló con grosería
-Soy tu jefe, muñequita.- le dio una señal de guardar su teléfono.
-Y por educación primero se da los buenos días, Buenos días señor Fernando
-Buenos días Barbie, hoy quiero un Café muy cargado, que vayas al piso de financiero u área administrativa lleves este folio a Ryant Phellps, lleves estos bosquejos a esta dirección, cuando lo hagas, vas y reclamas unas fotografías al fotógrafo Marco del piso que sigue.
-Tanto...
-Ve rápido por mi Café, muévete...
-Sabe qué...
-¿Qué?
-Yo solo en la vida he llegado a odiar y aborrecer a una solo persona, pero usted, usted es el segundo, se ganó ese lugar a pulso.
-Para que se odie a alguien, es porque te debieron hacer un daño irreparable o roto tu corazón, acaso ese que odias lo hizo.
Claro que lo hizo- No te le interesa.
-Es cierto no me interesa.Salió en busca del café de Fernando, él solo tomaba los de Starbucks, aprovechó y no le importó que la estuviera esperando y pidió un capuccino, lo bebió mientras pasaba por las calles de la quinta avenida, amaba Manhattan con el alma, era el lugar ideal para vivir, por suerte su lugar de trabajo quedaba en esa concurrida zona, miraba los nuevos diseños de las tiendas exhibidos en las vitrinas, la distrajo un poco, mientras llegaba nuevamente a su infierno. -¿Por qué te tardaste tanto con mi café?
-Aquí tiene, iré al área financiera a buscar a... ¿Cómo me dijo que se llamaba?
-Ryant Phellps, señorita distraída.Entregó el folio a Ryant, el joven la atendió bien, ella quedo encantada con la manera en que la recibió era todo lo contrario al trato que le estaba dando Fernando, se portó manera cortes y caballeroso, hasta se ofreció a llevar los bosquejos que le encargo Fer a una lejana dirección.
-¿Seguro, que si vas a ese sitio?
-Si, allá queda el banco donde tengo que ir.
-No es mucha molestia.
-Tranquila, lo hago con mucho gusto.
-Muchas gracias.
-Gracias a ti, alegraste mi mañana.
-¿Cómo?
-Sonriendo.
-Gracias- Se sonrojó.
-Con Permiso, Lucero, un placer conocerte.
-Igualmente, muchas gracias.
Ya estaba saliendo, dio un giro y se devolvió el simpático joven.
-Si quieres almorzamos juntos, te parece.
-Me parece.
-Entones, a medio día paso por tu piso.
-Te espero.- Se quedó un rato mirando mientras se iba caminando hacia el ascensor.
-Coqueteando en horas de trabajo.- esa voz la sintió muy cerca, dio un pequeño brinco, se asustó un poco. Lo fulminó con la mirada.
-Estaba haciendo mi trabajo.
-Las relaciones entre empleados están prohibidas.
-¿Por qué dice eso?
-Lo digo, por si estas interesa en entablar una...
-¡YO NO ESTOY INTERESADA EN ESAS COSAS!
-Tranquila muñequita Barbie, no era para tanto.
-Con permiso tengo muchos pendientes.
-Pasa...
- Por qué habrá reaccionado de esa manera, por qué tan negativa hacia una relación, será que tiene que ver acaso con esa única persona aparte de mi que odia y aborrece- Fernando se quedó pensativo e inquieto, comenzó a pensar en la vida amorosa de ella, se interesó bastante en saber más.-Natalie, ve acá.
-¿Qué pasa Fer?
-Te encargaré una nueva misión.
-¿Ahora a qué modelo quieres?
-No, nada de eso.
-Entonces.
-Acércate mucho a Lucero.
-Eso es fácil, ella es muy formal, algo superficial pero se viste divino.
-Necesito que averigües sobre su vida sentimental y me lo cuentes todo.
-Eso no está bien.
-Eres mi amiga.
-Haré lo que este mis manos.
-Hazlo, mira que tengo estas entradas para el concierto de Justin Timberlake, son pases dobles, no quiero ir.- los sacó del bolsillo de su jean.
-Yo si quiero.
-Te lo regalo con una condición.
-Sí, Fernando ya te contaré lo que hable con ella.
-Eso me agrada.