No me puedo resistir, sus labios, como los de Fernando, esos incitadores y hasta subliminales... sucede igual, si no reac... pero por qué todo comienza a dar vueltas, por qué me estoy sintiendo algo mal- El semblante de Lucero cambiaba rápidamente, él lo notó- ¿Estás bien, Lucero, Lucero?
-Por favor suélteme, es un pequeño mareo.
-Ven te llevo a la sala, será mejor que te sientes- La ayudó a llegar hasta el sofá, todo giraba a su alrededor, sentía como si caminara sobre arena movediza. Logro por fin sentarse.
-Lucero, mejor recuéstate, estás muy pálida.
-Descuide estoy bien llevo unos días sintiéndome así- Ella sentía la preocupación de Oliver.
-Estás segura, que no tarde mucho en llegar Fernando, te veo algo mal.
-Tranquilo.
-Lucero, de nuevo disculpa mi comportamiento, por favor no quería faltarte al respeto de ninguna manera de verdad.
-Oliver está bien, pero tenga la situación clara, no vuelva a actuar de esa manera.
-Se lo prometo.-Creo que es Fernando, iré a atender la puerta.
-Okey.
Era Fernando, algo apenado por su tardanza, Oliver no tardó en decirle que Lucero estaba algo indispuesta.
-¿Bonita?
-¿Fernando?
-Es cierto que te sientes mal.
-No es nada Fer, Oliver esta algo preocupado porque tuve un mareo.
-Fernando, es que mírale el talante, no será mejor llevarla a que la revisen.
-Oliver, Fernando ya se me está pasando.
-Estás segura, no quiero que te ocurra nada- La besó.
-Fer...
-Será mejor que los deje un minuto a solas, estaré haciendo algunas llamadas- Se retiró de la sala, dejándolos solos.
-Lucero, dime qué no está ocurriendo nada malo contigo.
-No, solo es un pequeño malestar.
-Un malestar que tal vez se te quite en nueve meses- Los ojos de Fernando estaban brillantes y saltones cuando dijo eso. Ella sintió que las mariposas de sus estomago se movían sin parar, se llenó de ternura.
-No, no lo creo.
-Pero suele ocurrir, puede que estés embarazada.
-Fer... créeme que si lo estuviera ya lo sabría y serías el primero en darte cuenta.
-Segura.
-Segurísima.
-¿Entonces no hay posibilidad?- Le tocó el vientre.
No, no es nada de lo que imaginas, es consecuencia de la canallada que estaba a punto de cometer, la presión de ese momento íntimo que estaba teniendo con tu tío, es mejor no contarte-Aún no, Fer... Todo a su tiempo.
-Es que me lo imagine por unos segundos, sería maravilloso que lo estuvieras.
-¿Lo deseas tanto?
-La verdad si, pero no quiero ser egoísta, primero esta lo que quieres y si crees que no es el momento, lo respetaré.
Guardó silencio unos cuantos minutos, miro al suelo, le escapó un suspiro:- Podemos intentarlo.
-Hablas enserio.
No la verdad no, en este momento no se no que estoy diciendo, tengo mi conciencia hecha un desastre, estuve a punto de besarlo o quien sabe que más, y la respuesta que le estoy dando la hago porque siento culpa -No lo sé...¿Y estabas a punto de hacer que la mujer que ama a tu sobrino cayera en tus manos? pretendes arruinar una relación como esa, es que son como personajes sacados de alguna novela rosa, no esta vez, no puedes cumplir con ese capricho, es que basta con ver como se miran, por primera vez en la vida dejaré de actuar de manera egoísta. Son Lucero y Fernando, un tercero en discordia haría seguramente un daño en el corazón de ambos, si me valgo de mis tacitas de conquista, hago que ella termine en mi cama las veces que quiera, será para satisfacer mis deseos, más no para amarla y eso sería jugarle sucio a mi sobrino, qué clase de tío sería si hago eso...
-Y bien, cómo van los tortolitos.
-Que palabra más ridícula.
-Fernando, no más que ustedes.
-Estamos enamorados.
-No es novedad, cómo sigues Lucero?
-Mejor, gracias.
-No es un buen momento para que te enfermes, no sé si Fernando te contó que el viernes los trabajadores de la revista tenemos trabajo en las Vegas, se hará una sesión de fotos y unas cuantas juntas.
-Si, Fer ya me hablo.
-Y no sé como haremos para trabajar, Tío es que son tantos factores desfavorables para el trabajo: Esta hermosa novia y ese alocado lugar.
-Tentaciones.
-En fin, las Vegas y mi novia será perfecto...Hotel casino: Caesar's Palace
Las Vegas-NevadaLas vegas y Lucero para Fernando era sinónimo de exquisitez o tal vez el motivo más grande que despertaría su clímax de lujuria, hace unos minutos habían arribado a esa ciudad, el lugar que había reservado él pasar hospedarse era una leyenda, majestuoso, uno de los favoritos de Lucero, ella jamás lo mencionó, pero Fer lo supuso, escogió una suite o algo similar a un Pent House en los últimos pisos...-Esta esa.
-Maravilloso Fernando, está enorme.- Ella entró levantando los brazos miraba todo el lugar, sonriendo .Es el sitio ideal para todo.-Se prendió del cuello de Fernando, lo besó.
-¿Ya la conocías? Pregunto, siempre sueles conocer todo.
-No de hecho no le veía sentido alguna vez reservar u hospedarme en un piso como esté, sola no valdría la pena.
-¿Ahora si vale la pena?
-La pregunta sobra...Fer, el Jacuzzi esta impresionante, muero por estar ahí contigo.
-Si empezamos por ahí, a delante usted manda.
-¿Me dejaras mandar?
-Solo dentro de estas cuatro paredes, pero afuera harás mi santa voluntad.- Se soltó de la mano de él y se sentó en la gigantesca cama.
-Como siempre.
-Aunque te estoy dando el chance que hagas conmigo tu santa voluntad en estos momentos.- Lo miraba bastante coqueta, desatando las correas de sus sandalias.