Mis ojos al parecer siempre me traicionaban, era un libro abierto ante mis pensamientos solo cuando él me veía, lo deseaba, no podía aclarar mis ideas ni tener pensamientos coherentes cuando estaba así de cerca.
—Eso es mentira —susurré en un hilo de voz.
Calvin chocó sus labios contra los míos y ahogué un gemido de la impresión, cerré los ojos y mi cuerpo reaccionó de tal manera que me levanté y me dejé guiar por él cuando me alzó de las caderas y me sentó sobre el escritorio, envolví mis piernas al alrededor de sus caderas mientras sus manos me comenzaban a subir la falda.
Pasó sus manos por encima de mis bragas haciéndome ahogar un grito de la impresión.
—Dime que dejarás a Denver —susurró—, solo dímelo... eres mía.
¿Denver? ¿Quién es Denver?
Denver, novio... maldición.
Tomé a Calvin por los hombros y lo separé de mí, ¿Cómo es que podía olvidar todo a mi alrededor con tan solo un toque?
—Calvin —intenté calmar mi respiración—, aun si dejara a Denver, no estaría contigo, no soy una mercancía, ni tampoco te pertenezco.
Calvin retrocedió unos pasos y mordió su labio inferior, cerró los ojos un momento hasta que por fin dijo:
—Tus palabras me duelen, pero como te dije antes —miró mis ojos fijamente—, no le hago caso a las palabras que salen de tu boca, sino a lo que me dicen tus ojos.
¿Sería posible que quería estar con él y que me lo negara a mí misma?
Calvin me miró unos segundos más antes de inclinarse y darme un suave beso, fue un toque dulce, sensual, que me llenó de cosquillas el estómago, se separó con una débil sonrisa y salió de mi oficina dejándome completamente anonadada.
CALVIN
Llegué a mi casa y me senté en el mueble sin fuerzas.
Claus, Claus, Claus... su cabello, su cintura, sus labios.
Cerré los ojos, esa mujer me volvería loco, o puede que ya lo hacía, estaba distraído, no podía enfocarme bien, la práctica de baloncesto era lo único que podía consolarme, debía idear un plan, porque Claus tenía una barrera, nunca había sido romántico y hoy le regalé una rosa.
Caíste tan bajo Calvin...
Tal vez si bajaba la intensidad de mi obsesión con ella, pudiera estar en paz, pero me encantaba la manera en la que me hacía sentir, sus gemidos, su piel cada vez que la tocaba... joder, maldita erección.
A ver, ¿Qué fue lo que hice hace ochos años que la enamoró de mí?
Ser un idiota.
¿Y si me volvía a comportar como un idiota?
Necesitaba una estrategia de juego, esta mujer era frívola, deseada por todos los hombres, atención era lo que le sobraba, yo debía comenzar a hacer una estrategia porque siempre que hacía una estrategia ganaba, por algo me habían apodado el Maximus.
CLAUS
En la tarde como era costumbre en mi rutina diaria de los viernes, salí del trabajo fui a mi casa asegurándome de colocar la rosa en un florero, me cambié y manejé hasta el gimnasio que quedaba a diez minutos de mi casa. Me parecía extraño que hubiera tantos carros en el estacionamiento del centro comercial, la mayoría de los negocios eran oficinas así que no era muy popular en el momento de pasear.
Había pocas personas como de costumbre, ¿entonces por qué había tantos carros afuera? Tal vez había otro evento, no le di importancia y me coloqué los audífonos escuchando Bob Sinclar Sean -Lion Woman mientras me estiraba y luego aceleraba la caminadora para comenzar a trotar.
Iba por la canción número diez corriendo al ritmo de Yuri Da Cunha -Atchu Tchutcha, cuando entró una llamada, maldición, ¿Quién me llamaba en mi momento especial? Detuve la caminadora, me bajé para quitar mi teléfono del bolsillo y ver la pantalla, era un número que no conocía, pero se me hacía realmente familiar, corté la llamada sintiendo el sudor escurrirme por todo mi cuerpo y revisé los mensajes anteriores, sí, era Calvin.
Cuando volvió a llamar, dudé, pero finalmente atendí.
— ¿Qué quieres, Calvin?
—Tu respiración está completamente agitada —su voz profunda erizó mi piel—, ¿estabas corriendo o pensabas en mí con tus manos?
—Algunas personas hacen ejercicio —dije—, ¿por qué me llamas?
Inconscientemente comencé a jugar con mi cabello como toda una colegiala, ¿por qué me emocionaba escuchar su voz?
Maldición, sé indiferente Claus.
—Casualmente estaba en una reunión —dijo—, pensé en ti y decidí llamarte, no podía evitar pensar en que posiblemente salieras al gimnasio, usando unos diminutos pantalones rosados y un sostén deportivo del mismo color.
Fruncí el ceño y miré a mi alrededor, ¿Cómo podía saber lo que tenía puesto?
—Esa coleta alta hace que tu cabello roce el final de tu espalda —soltó un silbido—, tienes un hermoso culo redondo, Claus.
Llevé una mano a mi cintura sin poder dejar de mirar a mi alrededor comenzando a sonrojarme por sus palabras, me daba igual robar miradas y que los hombres me intentaran seducir, pero que Calvin Craft me lo dijera me hacía acalorar.
—¿Eso le decías a Estefani? —las palabras salieron de mi boca antes de que las procesara.
—¿Estefani? —Soltó una carcajada incrédula— Ella ni siquiera figura en mi vida, Claus. Ahora, dejame seguir mirando tu hermoso cuerpo.
Tenía razón, Estefani no figuraba en su vida.
No debía sentirme así de emocionada, pero joder, malditas hormonas.
— ¿Vas a decirme dónde estás o —sonreí— piensas seguir hablando como un pervertido?
—Ve a tus tres —fruncí el ceño y giré mi cabeza como señalaba el reloj—, muy bien, ahora camina hacia allá.
Estúpidamente y entretenida comencé a caminar hacia allá, era la salida, sin embargo los vidrios del gimnasio eran transparentes y no podía ver a Calvin.
—Bien, estoy afuera —dije cuando salí, el pasillo estaba solo.
No escuché respuesta, miré mi teléfono, la llamada se había acabado, maldición.
Calvin había jugado con mi mente y yo como una estúpida lo obedecí, guardé el teléfono en mi bolsillo trasero cuando de repente me taparon la boca desde la espalda tapando mis gritos y me alzaron con fuerza arrastrándome.
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Doble capítulo💕❤
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Ella Fue Mi Crush Primero(#2) [Completo]
Teen Fiction∆Segunda parte de: Él fue mi crush primero. Sinopsis: Mi mejor amiga decidió que sería buena idea organizarme una cita a ciegas, probablemente creía que por mi carácter insufrible que muchos clasificarían como: "Amargado" me quedaría solterona, pero...