Ella Fue Mi Crush Primero(#2) [Completo]

30. La hermosa familia infeliz.

Tragué pesadamente saliva, mi primera reacción era irme, si no me quería me valía y me sabía a mierda, pero sabía que Calvin me necesitaba y mi estúpido corazón necesitaba consolarlo.

Era increíble como mi enorme ego se doblegaba por él, supongo que eso era lo que el amor causaba.

Calvin se dejó caer de espaldas a la cama y cubrió su rostro con sus manos.

—Tal vez estás acostumbrado a pasar todas las cosas solo —dije acercándome a él—, a alejar a las personas de tus problemas y de tus sentimientos, pero me niego a ser como el resto.

Me negaba a que se aislara, ahora él era parte de mi vida y quería acercarme más, no que me alejara. Calvin soltó un bufido y restregó sus manos sobre sus ojos.

—Por favor, no estoy de humor Claus —susurró.

Sabía que no estaba de humor para discutir, él necesitaba que lo comprendiera.

Me monté en la cama y me senté a horcajadas sobre él, le quité las manos del rostro y las coloqué a cada lado de su cabeza, él parecía incrédulo por lo que estaba haciendo, sus ojos verdes irritados.

—Déjame consolarte —susurré inclinándome hacia él—, sé que tienes muchas cosas revueltas en la cabeza, pero son los errores de tus padres, no debes dejar que eso te afecte, es el pasado y ahora intentan vivir el presente... a su manera.

Calvin pareció comprender que yo ya lo sabía todo y negó con la cabeza, soltó un suspiro, cerrando los ojos.

—Es que me molesta que mi madre haya aguantado sus golpes —dijo— y me hace hervir la sangre que mi madre ahora quiera estar con ese sujeto que al parecer siempre había sido su sombra, su amor...

Su crush.

Roger siempre fue el crush de Camila y no lo comprendía del todo, el señor Craft era muy guapo, aunque de seguro su mal genio hizo alejar a Camila por completo, el físico no lo era todo, lo había comprobado yo misma con Denver.

—No puedo evitar sentir que todo fue mi culpa —dijo—, el divorcio,  la muerte de Habacuc...

—Calvin, los errores de tus padres serán muchos, pero tú igual seguirás siendo su hijo, ahora tú tienes tu vida, y ellos continúan la suya, no tienes por qué sentirte culpable, tú no tuviste la culpa de nada.

Calvin asintió débilmente con la cabeza, parecía a punto de llorar, pero no lo hizo, me atrevía a decir que Calvin jamás había llorado frente a nadie, siempre aparentando ser duro, indiferente y frívolo.

Como yo.

—Me siento como todo un tonto, vulnerable... —dijo Calvin intentando zafarse del agarre que mantenía en sus muñecas, pero intenté poner toda mi fuerza contra él.

Yo tenía el control.

—Déjame hacerte sentir mejor —murmuré dándole un casto beso a su nariz hasta por fin llegar a su boca y profundicé un beso demandante antes de comenzar a besar su cuello.

Cuando quiso volver a soltarse de mi agarre, lo sostuve fuerte y lo miré fijamente a sus ojos verdes con una ligera sonrisa.

—Quédate quieto.

Él oprimió sus labios para ocultar una sonrisa pareciendo entretenido por mi actitud, eso quería, distraerlo.

Descendí hasta llegar a su pantalón y lo desabroché sintiéndome acalorada, me arrodillé mientras sacaba su miembro y sin pensarlo lo metí a mi boca, quisiera poder decir que era la primera vez que lo hacía, pero Héctor se había llevado ese merito, sin embargo no podía compararlo, Calvin estaba mucho mejor dotado y sentía que me ahogaba cada vez que intentaba profundizarme.