2. El infarto

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Actualización (2/2)

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Denver me ayudó a levantarme y él no paraba de reírse de mi torpeza, maldición, cuando siempre intentaba impresionar, me pasaban cosas como éstas.

Torpe, torpe, torpe.

Le agradecí y fui a buscar a Rachel para irnos. Necesitaba un respiro, así que fuimos por un helado y posterior a eso; a casa, sin embargo Rachel salió con su novio y me dejó sola viendo películas de terror en netflix, no era como si me dieran miedo, bueno... tal vez solo un poco.

Era un sábado en la noche y yo estaba encerrada en mi apartamento, ¿Existía algo más patético para una joven chica de 24 años?

Me llegó un mensaje, tomé mi teléfono y me senté rápidamente al ver que era de Denver.

Denver: Hola, Santa.

Un simple mensaje que desarrolló una intensa conversación hasta la madrugada, hablábamos de todo, nuestros gustos, nuestros intereses, hasta que finalmente me invitó a salir creí que se refería a uno de estos días, pero dijo que estaría en diez minutos esperando por mí.

Lo pensé un poco, pero mañana era domingo, no tenía nada que perder.

Usé un vestido ajustado y unos botines cómodos, mi cabello tan largo como siempre y mi maquillaje impecable. Cuando bajé del edificio, pude ver a Denver apoyado de un deslumbrante auto deportivo de color verde oscuro, él lucía impresionante con esa camisa arremangada en los brazos y sus pantalones de tela fina, pude sentir su mirada recorrerme lentamente y tuve que mentalizarme en levantar bien los pies para no tropezarme como obra del destino.

—Estás hermosa esta noche —murmuró cuando me acerqué, aferró una mano a mi cintura y me dio un suave beso en la mejilla.

—Gracias, así intento verme el 80 por ciento de todas las noches —agregué en broma.

— ¿Y el otro 20 por ciento? —sonrió abriéndome la puerta.

—Intento verme hermosa de día.

Él soltó una carcajada y cerró la puerta cuando me monté, rodeó el auto y se montó para conducir, íbamos hablando de muchas cosas, llegamos a un tasca y nos burlábamos de las personas que cantaban karaoke, hasta que finalmente nosotros terminamos cantando y luego nos burlamos de nosotros mismos, comimos, bailamos y cuando dieron las cuatro de la madrugada decidimos irnos.

—Vamos, ¿Cómo es que una mujer como tú está soltera? —Dijo sorprendido—, eres hermosa, simpática y hermosa...

—Ya dijiste hermosa —rodé los ojos con una débil sonrisa, estábamos en esa hora de la madrugada donde la gente dice lo que piensa sin ningún filtro.

—Porque eres hermosa —soltó una carcajada.

Estacionó el auto frente a mi edificio y solté mi cinturón de seguridad.

—Lo mismo diría yo de ti —dije—, ¿Seguro que no tienes esposa o algo así?

—No tengo. No te mentiré, viví estos 28 años lleno de mujeres, pero ninguna que valiera la pena ¿sabes? —Murmuró—, todas eran unas interesadas.

Ella Fue Mi Crush Primero(#2) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora