𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘

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Eunsan ; Language class.
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Dongmin volvió a suspirar, no lograba comprender esas preguntas, esas que, gracias al odioso profesor de lengua, tenía que resolver sí o sí. Llevaba horas dándole vueltas a cada verbo y adjetivo que debía hallar, era estresante y realmente complicado. ¿Por qué no había prestado atención a las clases cuando debía? Ah, sí, era porque había repetido de año ya dos veces y gracias a ello estaba en la clase de Yoon Sanha, el alumno estrella y lo más hermoso a sus ojos.

Cada detalle del peli-azul lo atraía, cada pequeño e insignificante detalle, desde sus pies hasta su cabeza. Sus delgados dedos, sus pequeños ojos rasgados, su cuerpo delgado y frágil, sus facciones finas y delicadas y aquellos labios que se veían tan suaves y mullidos como el mismísimo algodón de azúcar. Así era, se había enamorado de aquel joven y lo maldecía en silencio por ello.

Desde que estaba con Sanha, no lograba prestar atención a nada y realmente ya no quería repetir, por ello ponía su mayor esfuerzo y voluntad en mantenerse atento a las explicaciones. Pero las clases de lengua eran la excepción, esa hora era dedicada a ver los labios de Sanha moverse, siguiendo la lectura de algún libro y explicando las palabras complicadas o cómo realizar la sintaxis en cada oración escrita. Pero él no oía nada, sólo observaba el hermoso rostro de Sanha, dando pequeños suspiros y sintiéndose dichoso por poder contemplarlo.

El peli-azul se acercó a él a paso lento y se sentó a su lado, dándole una sorpresa. El menor miró su hoja y luego a él, esa mirada lo ponía algo incómodo ya que, teniéndolo tan cerca, era aún más difícil pensar. Suspiró pesadamente, dejando caer su lápiz al banco mientras jugaba con sus manos con molestia.

— ¿Qué miras? — Preguntó, haciendo sobresaltar al menor, quien se sonrojó al instante.

— S-Sólo veía tu tarea. No pareces contento haciéndola y llevas más de quince minutos bufando, ya es hora del receso. — Dijo, señalando el reloj que colgaba de la pared, sobre la pizarra.

— Es que odio lengua, es todo. — Habló, sin ver el rostro del castaño, se sentía realmente molesto por su perfección.

— Puedo ayudarte, me gusta esta materia. ¿Qué es lo que no logras comprender? — Preguntó con una sonrisa, con esa maldita sonrisa que lo hacía caer a sus pies.

— Los verbos y adjetivos. — Dijo, casi en un susurro, viéndose obligado a observar el lindo rostro del menor.

— Los verbos son acciones y los adjetivos cualidades. ¿Puedes decirme algunos? — Dijo con dulzura, si seguía hablándole así, terminaría por abalanzarse sobre sus gruesos labios.

— ¿Una acción? ¿Puede ser amando? Por ejemplo, si tú me preguntas que estoy haciendo yo te respondería "amando". — Dijo sin mantener siquiera un filtro, simplemente dejó salir lo que había en su mente.

— Claro, eso puede ser, es un verbo en gerundio. — Habló con naturalidad y chequeó la hoja nuevamente. — Por lo que veo necesitas ayuda con los sustantivos también.

— Así es, profesor. — Rió algo fastidiado, Sanha era muy inteligente pero no notaba cuando alguien le coqueteaba indirectamente.

— Hay dos tipos, personales y comunes. Los personales son nombres de países o personas y los comunes son objetos. Ahora dime algunos. — Sonrió, viendo la hoja.

— Personal... Sanha. — Dijo, señalándo al menor. — Y común... ¿Puede ser, "amor"?

— Sí, vas muy bien, la verdad no parece que tuvieras problemas con esto. — Rió tímido. Le gustaba estar junto al mayor, pero era demasiado rápido aprendiendo como para apegarse un poco más a él.

— Creo que contigo es fácil aprender. — Dijo, casi en un susurro, pero Sanha pudo oir ese pequeño susurro.

— Bien, entonces ahora dime un adjetivo. — Habló, manteniendo su linda sonrisa en su rostro.

— Guapo. — Soltó con una sonrisa boba, parecía haberse perdido en sus pensamientos y no notaba que estaba siendo demasiado sincero.

— Exacto, eso es un adjetivo. — Aplaudió el menor.

— No, eso eres tú. — Lo observó de lado, se arriesgó a ser rechazado, pero quien no arriesga no gana.

— G-Gracias, hyung. — Rió tiernamente.

Luego de esa pequeña clase, compartirían muchas más, siendo Sanha el tutor de Dongmin y quizá algo más que sólo eso.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora