Sanha caminaba por los pasillos de su universidad mientras bebía una cajita de leche de fresas. Su concentración estaba pegada a las hojas de historia, si quería aprobar la materia, debía estudiar como si no hubiera un mañana. Se dirigió a las gradas donde se llevaban a cabo todo tipo de juegos, campeonatos, musicales, etc. Se sentó en la primera fila, estaba tan concentrado que no se había percatado de la precencia de otro joven, de mayor edad que él. El silencio era lo único que reinaba en aquel campo, Sanha sólo podía bufar con cada palabra que salía de su boca al leerla de la hoja. ¿Para qué rayos querría saber sobre la creación de la porcelana en China?
— ¡Nada tiene sentido! Ni siquiera sé por qué esto debe importarme. Hoy en día sólo los ricos andan tomando té en tazas de porcelana. — Bufó, estaba realmente molesto.
— No digas cosas clasistas. — Dijo un joven de cabello negro, el cual reía por sus constantes quejas y bufidos.
— Lo siento, pensé que estaba solo. — Habló el menor, rascando con nervios, su nuca. — ¿Qué haces por aquí? Pensé que los chicos como tú amaban estar rodeados de personas.
— No, en absoluto. Prefiero estar con mis pensamientos a estar siendo asfixiado por gente que sólo te busca por la popularidad. — Dijo el peli-negro, haciendo una mueca. — Pero tú no eres así, Yoon Sanha. Aunque lo que si tienes de malo es que eres muy clasista.
— Tengo mis razones, los chicos como tú no deben liarse con perdedores como yo, señor Lee Dongmin. O Cha Eunwoo, como prefieras. — Dijo el castaño y volvió su vista a sus hojas.
— Te equivocas. — Habló el mayor, acercándose unos asientos más al menor. — Deberías haber notado que mis ojos suelen viajar hacia tu posición, sin importar cual sea.
Sanha sólo pudo observar en silencio sus hojas, buscando en qué distraer su atención para no comenzar a sudar. Sentía la mirada del mayor en él, podía jurar que aquella mirada era la más atractiva aunque no la hubiera visto muchas veces. Volteó su rostro, el peli-negro había dejado de verlo, tenía su cabeza agachada.
— Sólo quería despejarme... — Confesó el mayor. — He estado pensando en declararle mi amor a quien amo, pero él no tiene idea de que me gusta desde hace tiempo y que no le quito la mirada de encima cada vez que se encuentra en mi campo visual.
— Díselo. — Dijo Sanha, nada bueno se cruzaba por su mente, pero debía dar una respuesta al menos. — ¿Qué pierdes en intentarlo?
— ¿Y cómo comienzo? Me asusta que él no sienta nada por mí. — Habló. Estaba siendo demasiado sincero y Sanha no entendía por qué justo con él. Quizá era porque sólo se encontraban ellos dos en todo el campus.
— Dile "Hola" y luego ve acercándote al tema, ni modo que le digas "Hola crush". — Bromeó, tratando de sacarle una sonrisa al mayor.
— Si puedo hacerlo. — Rió — Lo haré.
— Bien, hazlo. — Dijo, con un tono animador, intentando transmitirle seguridad al peli-negro.
— Hola crush.
— Hola... Crush.
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